viernes, 21 de febrero de 2025

La imagen de los bipolares en los medios masivos



Alfred Hitchcock algunas vez dijo algo asi como: 
 
"La TV y el cine han hecho mucho por la psiquiatría: no sólo han difundido su existencia, sino que han contribuido a hacerla necesaria".

La imagen que proyectan los medios masivos de información y comunicación (o desinformación, diría yo) sobre las personas con trastorno bipolar o cualquier otro problema mental: Es la de individuos "locos". Se nos retrata como seres desquiciados, casi de ultratumba, comparables con Hannibal Lecter de *El silencio de los inocentes*: Maniáticos, descontrolados y peligrosos. No sé exactamente con qué fin se perpetúa esta imagen; tal vez sea para vender más, ya que parece que a muchas personas les atrae lo sensacionalista, lo truculento y lo violento. Al asociar los problemas mentales con la locura y el peligro, los medios crean un mundo imaginario que, para muchos, se confunde con la realidad. Uno de sus objetivos parece ser borrar la línea entre la ficción que construyen y el mundo real en el que vivimos.

Tomada de la internet DRA



Esta representación no nos ayuda en absoluto a quienes padecemos enfermedades mentales. La imagen que tienen de nosotros las personas comunes, influenciadas por los medios, es la de individuos peligrosos, victimarios, los "malos" de la película. Este concepto distorsionado puede llevar a que se nos vea como una amenaza en la vida real. Si alguien descubre que hemos visitado a un psiquiatra o que hemos estado internados en una clínica mental, es probable que nos miren raro e, incluso, que nos teman.

Sin embargo, la realidad es que, en muchas ocasiones, somos más víctimas que victimarios. Esta sociedad, que a menudo nos discrimina, nos aísla y se nos niega ayuda, pasa a menudo que se termina por desechar a personas con problemas mentales manejables, convirtiéndolas en indigentes abandonados en las calles.

Los medios también han creado una imagen distorsionada de las instituciones de salud mental. Las pintan como lugares oscuros, tenebrosos y llenos de "locos" sucios y peligrosos, encerrados en jaulas de alta seguridad y amarrados con camisas de fuerza. Estos "manicomios" no serían atendidos por médicos competentes, sino por "medicuchos" más locos que los propios pacientes, y no por personal de enfermería especializado, sino por "locólogos" que parecen sacados de una película de Frankenstein. Ante esta imagen, no es de extrañar que alguien con un problema mental tema ser internado en un lugar así. Y si se sabe que alguien ha estado en uno de estos sitios, automáticamente se le considera una persona rara y peligrosa.

No digo que no existan lugares donde los pacientes no reciban un trato adecuado; seguramente los hay. Pero también existen instituciones donde se trata a los pacientes con dignidad y se les ayuda a mejorar su calidad de vida. Yo estuve internado en una institución de salud mental, y mi experiencia fue completamente diferente a lo que los medios masivos de comunicación nos han hecho creer. El lugar donde estuve era similar a cualquier hospital o clínica, atendido por profesionales de la salud altamente capacitados, que saben lo que hacen y brindan un trato humano. Nunca vi a ningún "loco peligroso" (aunque es posible que existan en pabellones especiales), solo a personas con problemas mentales similares a los míos. Si no hubiera sido porque estaba dentro de esa institución, no habría podido distinguirlos de cualquier persona en la calle.

El estigma que los medios masivos han creado alrededor de las enfermedades mentales es difícil de erradicar. Sin embargo, desde espacios alternativos como este, y otros a los que podamos acceder, debemos trabajar para cambiar esta narrativa. Es importante que se sepa que la ciencia ha avanzado mucho en el tratamiento de los problemas mentales. Aunque en la mayoría de los casos no existe una cura definitiva, sí es posible manejar los síntomas y ayudar a las personas a llevar una vida lo más parecida a la normalidad, similar a la de quienes padecen otras enfermedades crónicas.

Acceder a medios masivos como la televisión, el cine o los principales diarios para cambiar estos conceptos erróneos es una tarea difícil. Sin embargo, en internet tenemos una oportunidad única. Este medio es como un mensaje en una botella lanzada al mar: Puede llegar a cualquier parte del mundo. Ojalá alguien lo encuentre, lo lea y lo comparta, para que más personas puedan conocer la realidad de quienes vivimos con trastorno bipolar y otros problemas mentales.

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