Loco o bipolar

Diario de una persona que a los 16 de pronto enloqueció, luego a los 40 cree descubrir que es bipolar y en este momento con medio siglo en este mundo, no tiene claro que es lo que tiene.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Los últimos post de nosoyyosoyyo

En este post que he venido actualizando y tengo de primero se publica una copia y pegue de las últimas entradas del blog nosoyyosoyyo, es de una chica que se inscribe dentro de la bipolaridad, que esta sufriendo por situaciones complicadas de la vida, las cuales le provocan desbalances emocionales, narrándolos de una forma desgarradora, expresados de una forma literaria muy poética pero en prosa, esta chica escribe como pocos pueden hacerlo, yo he sentido de forma parecida lo que ella  dice, por esto, quisiera que otros tambien las leyeran.

Quisiera que las personas que entran a este blog porque lo han leido antes y buscan algo nuevo aqui, conozcan lo que se siente cuando se esta en situaciones difíciles, que lo hacen a uno cuestionar mucho y hasta pensar que no se justifica estar aquí en estos momentos, que mejor fuera dejar de vivir, sin embargo, son cosas que se piensan, que se expresan y cuando esto se hace se presenta un desahogo que evita llegar a extremos de causarse daño.  Este tipo de blogs me los vengo encontrando de forma periódica y casi siempre cuando la persona que los escribe sale de la crisis estos blogs desaparecen. Me acuerdo en estos momento de Anfitrite, de Blue (blog carne de psiquiatra), los cuales en su momento publiqué parte de sus entradas y los comenté también."

Este es el último post de nosoyyosoyyo

"Autorizame a jugar un recreo que imagine para vos. Dejame mostrarte el tablero, el campo de batalla descrito por mis palabras utópicas y quijotescas, esas que descreen de la pavura que recorre mi espalda y eriza mi piel. Dejame darte mi mejor versión, mi mejor sonrisa, mi mirada más brillosa. Permitime hacerte creer que no existen las heridas en este cuerpo lascerado hasta en su partes más escondidas, más protegidas de la urbe que roza y marca. Quiero creer que nada fue verdad, que soy lo que elijo ser y que ya no tengo que correr, que escapar de las turbulencias que sacuden y quiebran mi piel de porcelana que, como muñeca de vitrina caída, ya no tiene donde más repararse en sus añicos que no coinciden.

Dejame ser pura, fresca y adictiva. Por favor, quisiera teatralizar quien sueño ser, al menos juguemos a intentarlo.

Alejá tus ojos de mi sangre turbia y purulenta, es mi néctar maldito que todo lo vuelve viscoso y denso. Y nunca observes mi alma, esa que se esconde en mis pupilas aguadas de tanto llorar por la niña que maté mientras se mecía en mis brazos.

Juguemos a que soy nueva, a que nazco frente a tu persona y que no existe reencarnación ni vida pasada que se esconda en esta realidad alterna.

Juguemos a que la maldición nunca fue profecía, que la hechicera no marcó a esta niña por celos a su belleza y a su sonrisa constante, juguemos a que no cargo con tal maleficio.

Dejame contar mi propia historia, creer que soy dueña y tengo la potestad de ser la patrona de mis emociones, que son mías, que no me invaden y aprisionan en una mala pasada que me deja esclava de esta sentencia a muerte, de ese ahorcamiento en la plaza pública.

Permitime contarte lo que todavía queda de mí, lo que todavía late ingenuo y vulnerable en mi pecho que ya no necesita escudo, que ya está endurecido por las batallas.

Es tan lindo verte curiosearme por primera vez, porque son esas primeras miradas las que logran descubrirme auténtica y cándida.

Juguemos a este juego que inventé para vos y para mí. No hay alfiles, no hay torres ni caballos para un jaque mate inminente. Dejame jugar a que soy, mientras vos apostás a sorprenderme insolentemente hasta que el carruaje se convierta en calabaza y los brillos en arapos, y sólo reste mirar a la cenicienta con los pies descalzos pero esta vez, sin zapatos de cristal que la salven de su destino.

Al final de cuentas… somos aquello que protegemos más recelosamente del destrozo.


Este es el penúltimo post de nosoyyosoyyo


Vuelven las etapas depresivas. Vuelve la ceniza mortuoria a tapar los poros que no logran oxigenar la piel y mata. La angustia es tan inmensa que aprieta fuerte la garganta y nos obliga a pedir muerte, liberación, bandera blanca.

Son cuchillos, decenas de ellos enterrados en el pecho, en el alma, en el corazón. La cabeza da vueltas y vueltas y vueltas y se marea como alcohólico a punto del desmayo.  La desesperación es poder, es mandataria, es decisiva en estas horas en donde vivir cuesta la vida.  Regálame paz. Regálame sonrisas. Regálame amor. Sálvame.  Sálvame de esta que me está llevando como río bravo que te golpea contra las piedras que no atajan.



¿Acaso no ven que me quedo por ellos? ¿Que como paciente terminal me aferro a una vida de dolores solo para que  estén tranquilos?

Cuanto deseo unas manos amigas que entiendan y me acompañen en la partida con un abrazo, con un beso en la frente, con un gesto de aceptación, de saber que estoy haciendo las cosas bien.
Nadie ve el barro que tragamos para seguir, porque afuera hay luz, hay brillo, y lo de adentro, mientras no se vea, no coexiste con ese exterior, no para ellos.
Necesito calma por favor. Y mucho amor. Regálame una sola risa que me salve este segundo. Hazme volver aunque tengas que golpearme el pecho para que el aire vuelva a ingresar. Pégame duro, pégame fuerte, que necesito sentir algo más que este suplicio homicida.


post de nosoyyosoyyo del xx de noviembre de 2018

Siempre a este paso de la muerte, a esta corta distancia donde bailo al filo de la caída, al borde de la liberación del alma en pena. Siempre la posibilidad oscura como salvación prometida, como respiro, bocanada de aire en este mundo de oxígeno enmohecido.
Es el ángel y el diablo en nuestros hombros, prometiendo imposibles, intentando convencernos, pero es el ángel el que me llama al olvido, el que me seduce al salto, el que promete liberarme de las penurias de una tierra que degolla los sentimientos más puros y vulnerables que cargo a cuestas.
Siempre a un paso de la muerte, ¿acaso los que me quieren también saben de esta posibilidad que me aguarda a la vuelta de la esquina, junto a la calle de al lado?. Siempre que pienso en ellos pienso en cuán consientes son de que quizás mañana ya no los acompañe en su andar, en su día a día, en sus planes a futuro. ¿Entonces se detendrían a observarme, a darme el último abrazo, el último te quiero para que lleven consigo sin culpas ni promesas en pausa?.
Y en el final, cuando mi espíritu vuele al fin lejos de tanto dolor e injusticias, sabrán festejarme o llorarán por no seguir con ellos, aunque eso me condene a una prisión de martirios que jamás sintieron, que jamás van a sentir.
Siempre esta corta distancia entre el soy y el fui. Entre el vivo y el una vez viví. Y es que hace tanto tiempo ya que la muerte dejó de asustarme, desde que la abracé como amiga y compañera, como leal soldado que se para frente a su capitán para recibir las balas en esta guerra que me lleva a mal tratar.
Siempre a un paso de la muerte, ¿él también sabrá que no me perdió el día que se fue? O acaso cuando le llegue a sus oídos la noticia de mi deceso recién ahí se dará cuenta de que me tenía real, tangible, a un paso de un beso, de un felices hasta que la muerte nos separe. ¿Lo encontrará solo? ¿Lo encontrará con descendencia? ¿Acaso sabrá perdonarse las veces que no me vivió?

Siempre este maldito paso, sin temor, sin la angustia de partir, este maldito paso y todos los fantasmas en el medio, esta culpa de irme y ser feliz,  libre de una vez. Este suicidio en vida, y esa vida en el suicidio."

Este post ha sido copiado y pegado desde el blog original de nosoyyosoyyo ver mas en http:77nosoyyosoyyo o en https://nosoyyosoyyo.wordpress.com/


Algo de literatura

Algo de literatura


Además de hablar de locura, tambien voy a hablar de literatura, se que vende mas la locura que la literatura, por esto voy a aprovechar este espacio que ha logrado cierta difusión hablando de la locura, para promocionar literatura, voy a empezar por una cosa que no se como catalogarla, no es mía pero me gustó y es la siguiente:

COSAS QUE SALEN DE MI CABEZA

 

Y derepente se abre mi cabeza, tal como si fuera una caja de sorpresas (que es lo que en verdad es) y comienzan a salir cosas. La gente me mira espantada, pero para mi ya es normal, algo así como el hipo.


No sería tan malo si después no tuviera que absorver todo lo expulsado, y cuando hay niños cerca puede llegar a ser peligrosos, ya que las cosas son llamativas y los infantes las toman, pero luego les son arrebatadas y quedan como madres despechadas y luego llanto!
Hay otro peligro incluido, y es que, una vida en 55 cm de perímetro. Muchos objetos salen a la velocidad de los trenes alemanes, 200 km/hra y más, por lo que no sería raro que luego de una explosión a muchos aledaños se les hubiese incrustado algo en el ojo. Pero creo que, en los dieciséis años que llevo de vida, nunca he visto eso. Pero si he tenido que ver cómo alguien se tragaba uno de mis más preciados recuerdos... lo malo es que estaba lejos de ser cómo me enseñaban a comer de pequeña, si no que fue cuando mi abuelo me enseñaba a andar en bicicleta. Si esa mujer no hubiese sido robusta... el vehículo la habría matado.
Jajaja! Recuerdo también cuando hace mucho tiempo atrás, cercana a los ocho años, en un centro comercial, mi cabeza comenzó a abrirse y a arrojar por ahí cientos de monedas, ya que, semanas antes, mi tía me había obsequiado una caja con efectivo (nada muy espectacular, muchas monedas pequeñas, pero que disparadas a gran velocidad eran verdaderos proyectiles), y como saben los niños no recuerdan cosas, pero sí hechos importantes. Eso para mi fue muy importante, ya que me sentía millonaria, por lo que cientos de pequeñas monedas volaron por los aires, incrustándose en la cabeza de los turistas y compradores. Los guardias me echaron de ahí, debido a que, muchas de esas monedas habían caído en los bolsos de las señoras que ahí adquirían cosas innecesarias. Así que cuando mi cabeza comenzó a rearmarse y a recuperar las piezas metálicas, muchas de las carteras se guardaron en mi mente. Y de ahí nunca más las pude sacar.
Recuerdo, también, que ese día muchos turistas me sacaron fotos. Y había un par de chinos que me confundieron con un personaje de una serie y se sacaron una instantánea, cómo le decían ellos, conmigo (antes de que el guardia me sacara por las querellas múltiples de las señoras).
Otro día estaba en un parque, en donde volaron por los aires muchas cosas, dentro de las que destacaban un barco a escala que mi padre casi armó una vez, el libro de cuentos para niños que mi madre solía leerme y mi primer perrito, un pequeño perro salchicha.
El tema es que un niño que pasaba por ahí, comenzó a jugar con el perro, y cuando se encariñó con él, mi mente lo reabsorvió, y el pequeño comenzó a llorar. Su madre me miró con cara de rencor absoluto, y se lo llevó de la mano.

Escrita por valeeromaan el 3 de agosto de 2011