jueves, 24 de noviembre de 2022

Historia de amor en medio del terror

Hoy es 4 de Noviembre de 2022

Espero que haya pasado todo esto del terror a que fuimos sometidos.



Noviembre negro de 2020, la situación era buena, al parecer ya se había superado mucho lo de los encierros debidos a la pandemia del COVID 19, ya podíamos salir y salimos, no nos importaba lo que nos pudiera pasar, era preferible enfermarse de una vez que estar asustado y encerrado, era salir y respirar junto a otras personas a las cuales nos hacian temer.

Yo viaje a Sevilla Colombia, el pueblo donde he vivido gran parte de mi existencia, eran los últimos días de octubre de 2020, Cristina se quedó en nuestro apartamento de Bogotá, la pasó muy alegre según me comentó cuando hablamos del tema por teléfono, fue en la noche de los niños que se disfrazan cuando al parecer se contaminó, yo también la pasé bien, era una breve separación, básicamente yo iba a visitar a mi madre, cada uno estaba bien por su lado y no sabíamos que ya estábamos en el comienzo de la tragedia, nos habíamos despedido después de una linda noche juntos, ella salió para su trabajo y yo viajé a visitar a mi madre, esa noche sentí un vacío premonitorio, era la última noche donde pasamos normalmente como la pareja que éramos, después ya todo se vendría abajo, luego ya en día como hoy a principios de ese noviembre del 2020 me dijo por teléfono: Me siento enferma, creo que cogí la peste, le dije que creía estar igual, sin embargo, no nos importaba, más nos preocupaban otros. 

Decidí regresar a Bogotá antes de lo planeado pues tenía tiquetes aéreos comprados para la semana siguiente, era viajando toda la noche en un autobús, un viaje de unas 10 horas, ella me decía que cada vez estaba sintiéndose más mal, esa misma noche yo estaba atravesando medio Colombia de regreso a la nevera, desde mi cálido pueblo y ella estaba internándose en el hospital, no pudimos vernos, chateamos por última vez, ya no volvimos a hacerlo nunca, así chateando fue que empezamos nuestra relación y ya no volvimos a hacerlo nunca más, no pude verla en varios días, hasta que me dejaron verle ya cuando Cristina estaba en el estado más catastrófico, fue una corta visita en una sala de cuidados intensivos, estaba más muerta que viva, perdida en un coma profundo después de una fuerte hemorragia cerebral, me dejaron verla porque había una gran posibilidad de que muriera, recuerdo muy fuerte este momento, fue mi despedida, ella se había ido de este mundo, aunque pudo regresar, pero ya no regreso completa, volvió a nacer, reinició su vida pero solo en una parte, en ese reinició mucho de lo que era ella había sido murió, entre esas cosas nuestra relación, una relación rara de dos seres trastornados que sobrevivíamos con fuertes problemas mentales, cuando empezamos no sabía que ella en el fin de año de 2018 había superado un intento de suicidio y había estado muy deprimida, yo como siempre sobreviviendo con mis delirios y depresiones, que cada vez se repiten más de seguido, lloro en este momento ya lo nuestro se terminó no podemos estar juntos, yo no puedo ser su compañía, no soy capaz de cuidarla debidamente porque no estoy bien del todo de mi cabeza y ella que está muy discapacitada tampoco podría acompañarme, así lo siento, lo nuestro, nunca puede ser más.

 Era hacia el año 1987 u 1988 yo tenía 20 años y ella 17, varias veces salimos juntos, en esas ocasiones no hablamos mayor cosa, nos gustábamos mutuamente y mucho, en esas fechas pensé decirle que fuéramos novios, una noche me dije para mis adentros que si nos besábamos seríamos novios, pero no pude dar el paso, esa vez no pudo ser, luego 30 años después en una llamada de teléfono eterna estando yo en Sevilla y ella en Bogotá, recordamos esos momentos de cuando éramos un poco más que niños y que no pude darle ese beso que definiera un noviazgo , me dijo que fuera a Bogotá y que esa vez si me daría el beso. 

Seguimos hablando por teléfono y por video llamadas y por situación personal mía  no viaje a Bogotá a darle el beso, sin embargo, ella saco unos días de vacaciones y viajó de Bogotá a Cali donde vivía su mamá, entonces ella me invitó a Cali, entonces viajé, eran los primeros días de 2019, entonces nos dimos ese beso y más que eso, fuimos los amantes más felices del mundo durante dos años, sin embargo, yo sentí muchas veces que lo nuestro era complicado, que era difícil vivir juntos y concretar una larga relación, los dos ya habíamos vivido esa vida adulta dónde dimos lo mejor de nosotros y estábamos por vivir esos años de madurez, dónde estamos libres pero ya algo desgastados.

De nuevo vuelvo a recordar a Cristina y pienso que seguiré repitiendo esta situación cada año por estás fechas, es el aniversario de una tragedia que dio fin a una corta pero linda parte de mi vivir, unas experiencias muy gratas, vivi días felices, estos nunca habrá como repetirlos, estábamos todavía con muchas de nuestras fuerzas para disfrutar juntos, ya Cristina o lo que fue mi coneja loca, murió, no se puede hacer nada, solo me queda recordar, como también dejar de recordar porque duele mucho hacerlo, porque además la vida sigue, algún día más bien pronto se acabara, aunque todavía puedo disfrutarla, ya no con Cristina pero si en su memoria porque ella estoy seguro que así lo quiere. Siento y espero que así sea que ella esta luchado por vivir un ratito mas y desea recuperarse, pero prefiere que yo esté lejos de ella a la tortura de cuidarla al lado de su mamá, quiero verlo de esa manera.
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