viernes, 25 de agosto de 2023

El trastorno bipolar no es una enfermedad, es un trastorno

Soy de la minoría que no considera el trastorno bipolar, como una enfermedad mental, para definir que algo es una enfermedad se requiere tener una afección física directa dentro de un órgano, que en este caso sería el cerebro y no se ha demostrado científicamente la hipótesis que exista la enfermedad bipolar, sin embargo, muchas personas entre ellas gran parte de los médicos actuales principalmente la mayoría de los especialistas en psiquiatría definen: El trastorno bipolar es una enfermedad. Según la etiqueta que me he inventado yo: Sufro de sentimientos encontrados, estos me hacen sentir emociones que muchas veces no están relacionadas con lo que mi entorno ofrece. Para ilustrar lo que digo, puedo sentirme eufórico y bastante alegre, después de haber tenido una gran pérdida sentimental; como también sentir una gran tristeza lo que comúnmente se llama depresión, a pesar de haber logrado un objetivo importante en la vida, que para otra persona podría ser claramente un motivo para estar feliz.

Que esta situación se deba a que sufro de una enfermedad o de un trastorno mental o como se pueda llamar, es algo que aún no tengo bien claro y que en ocasiones no es lo mas importante, sobre todo cuando la información al respecto ofrece versiones contradictorias. Trato de guiarme por lo que siento y por las experiencias que he tenido, pero mis apreciaciones muchas veces van en contravía a lo que se afirma en mucho de lo que he podido encontrar en la red, como artículos médicos que dicen tener argumentaciones y sustentos fuertes, basados en teorías manejadas por muchas personas y que estarían soportadas por evidencias médicas.






En el año de 1983 cuando tenía 16 años, sufrí de una crisis mental la cual me llevo a actuar de forma poco lógica, lo que, para el común de las personas, se puede decir que llegué a un estado de locura o de desequilibrio mental, mis razonamientos eran bastante confusos y aunque para mi significaron en esos días, que había encontrado la explicación a todos los interrogantes filosóficos, para las demás personas eran unos razonamientos absurdos o mejor dicho eran idioteces.

No soy científico, ni profesional en medicina, ni pretendo hacer en esta entrada de blog un artículo que demuestre lo que estoy afirmando, simplemente fijo mi posición con base en mis opiniones muchas basadas en la de otros que dan argumentos basados en experiencias demostradas mediante el método científico.

¿Qué implicaciones tiene decir que no soy un enfermo mental?  Una sería que no requiero curar una enfermedad, suena bien, pero no es algo que sea tan simple y realmente el trastorno bipolar es un problema mental que se considera grave. Lo otro es que si no es una enfermedad, ¿Qué se puede decir que es? Soy del concepto que es una divergencia dentro de las formas de ser, de sentir y de actuar, pero es una divergencia que genera problemas de convivencia y graves problemas personales internos por la forma en que afrontamos la vida, nos lleva a actuar en oportunidades por fuera de la norma o de la costumbre, también nos lleva a tomar malas decisiones, a sentirnos disconformes con la vida y nos afecta negativamente en las relaciones con los demás seres humanos.
 
Nuestro cerebro físicamente es normal, pero funciona de forma anormal y lo anormal según lo definen los constructos de la sociedad donde convive la persona trastornada, en algunas partes se puede definir esta anormalidad como ser una persona que se enloquece, que está trastornada (que sufre trastorno bipolar); en la antigüedad y aún en algunos entornos actuales se maneja que se puede definir como una persona poseída o endemoniada y de acuerdo con la definición que se le da a la divergencia se busca una solución.

Una solución que se da en el entorno donde me muevo, está en la integración social de la persona trastornada, bien sea que el trastornado se adapte a la sociedad o que la sociedad se adapte a la persona trastornada, llegándose a una convivencia social sin mayores inconvenientes, una forma en la que se ha logrado una integración de las personas con trastornos mentales como el bipolar, ha sido mediante el uso de medicamentos o sustancias que afectan el cerebro de los trastornados y cambian las formas de actuar y hace que las personas de forma forzada actúen de forma digamos funcional y muy similar a las personas consideradas normales, también se logra cierta adaptación mediante terapias que buscan inducir cambios en las formas de actuar de las personas con trastornos mentales para que puedan actuar de una forma mas acorde a lo considerado normal, también se ha manejado que la sociedad acepte ciertas actuaciones digamos no muy normales de las personas con trastornos mentales, pero que si no afectan o hacen digamos daño al entorno son permitidas.