Loco o bipolar

Diario de una persona que a los 16 de pronto enloqueció, luego a los 40 cree descubrir que es bipolar y en este momento con medio siglo en este mundo, no tiene claro que es lo que tiene.

sábado, 31 de octubre de 2015

Cuento Eleonora por Poe



Uno de los hechos que según mi apreciación sobre Poe, lo marcó fuertemente fue la agonía y muerte de su esposa Virginia, quien a la vez era su sobrina, cuando se lee el cuento que les presentaré a continuación: El expresa ese sentimiento desgarrador, mediante un relato corto que uno cree que es uno mas de sus cuentos de terror, pero al avanzar en su lectura, termina siendo un poema con una hermosa historia de amor.

"Eleonora" es uno de los cuentos fantásticos de de Poe, publicado en 1842 en la revista The Gift, y reeditado con algunas correcciones en 1845, en el Broadway Journal. Aquí, Poe parece anticiparse a los senderos de la culpa y la desesperada búsqueda de perdón y redención. Durante el período en que fue escrito Eleonora, Virginia Clemm, esposa del autor, comenzaba a manifestar los primeros síntomas de tuberculosis cinco años antes de su muerte. Es mundialmente aceptado por los seguidores del maestro del terror gótico que este trabajo refleja un sentimiento proyectado hacia un futuro sin Virginia, acaso con una nueva musa. Los temas del primer amor arrebatado por la muerte, la culpa por el incesto y el olvido, se repiten en toda su obra. Algunos de los cuentos que lo evidencian son: Berenice, El retrato oval, La caída de la casa Usher, Morella, Ligeia, entre tantos otros.

El personaje que Poe muestra se describe en el primer párrafo del cuento como loco y pronuncia una de las frases mas conocidas del autor que dice: "Aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sueñan solo de noche", a pesar de ser muy conocida esta oración, no creo que sea muy conocida la fuente inicial, que corresponde al cuento Eleonora.  A Poe se le tilda de haber estado Loco o de acuerdo con las descripciones modernas como una persona afectada de trastorno bipolar, y como tal se le atribuye haberse descrito a si mismo con estas palabras, sin embargo, la realidad es que estas palabras describen a un personaje de ficción, aunque es posible que fueran autobiograficas.



Sub conservatione formæ specifícæ salva anima.

(RAIMUNDO LULIO)



Vengo de una raza notable por la fuerza de la imaginación y el ardor de las pasiones.

                                    Eleonora


Los hombres me han llamado loco; pero todavía no se ha resuelto la cuestión de si la locura es o no la forma más elevada de la inteligencia, si mucho de lo glorioso, si todo lo profundo, no surgen de una enfermedad del pensamiento, de estados de ánimo exaltados a expensas del intelecto general. Aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche. En sus grises visiones obtienen atisbos de eternidad y se estremecen, al despertar, descubriendo que han estado al borde del gran secreto. De un modo fragmentario aprenden algo de la sabiduría propia y mucho más del mero conocimiento propio del mal. Penetran, aunque sin timón ni brújula, en el vasto océano de la «luz inefable», y otra vez, como los aventureros del geógrafo nubio, «agressi sunt mare tenebrarum quid in eo esset exploraturi».

Diremos, pues, que estoy loco. Concedo, por lo menos, que hay dos estados distintos en mi existencia mental: el estado de razón lúcida, que no puede discutirse y pertenece a la memoria de los sucesos de la primera época de mi vida, y un estado de sombra y duda, que pertenece al presente y a los recuerdos que constituyen la segunda era de mi existencia. Por eso, creed lo que contaré del primer período, y, a lo que pueda relatar del último, conceded tan sólo el crédito que merezca; o dudad resueltamente, y, si no podéis dudar, haced lo que Edipo ante el enigma.


La amada de mi juventud, de quien recibo ahora, con calma, claramente, estos recuerdos, era la única hija de la hermana de mi madre, que había muerto hacía largo tiempo. Mi prima se llamaba Eleonora. Siempre habíamos vivido juntos, bajo un sol tropical, en el Valle de la Hierba Irisada. Nadie llegó jamás sin guía a aquel valle, pues quedaba muy apartado entre una cadena de gigantescas colinas que lo rodeaban con sus promontorios, impidiendo que entrara la luz en sus más bellos escondrijos. No había sendero hollado en su vecindad, y para llegar a nuestra feliz morada era preciso apartar con fuerza el follaje de miles de árboles forestales y pisotear el esplendor de millones de flores fragantes. Así era como vivíamos solos, sin saber nada del mundo fuera del valle, yo, mi prima y su madre.


Desde las confusas regiones más allá de las montañas, en el extremo más alto de

nuestro circundado dominio, se deslizaba un estrecho y profundo río, y no había nada más brillante, salvo los ojos de Eleonora; y serpeando furtivo en su sinuosa carrera, pasaba, al fin, a través de una sombría garganta, entre colinas aún más oscuras que aquellas de donde saliera. Lo llamábamos el «Río de Silencio», porque parecía haber una influencia enmudecedora en su corriente. No brotaba ningún murmullo de su lecho y se deslizaba tan suavemente que los aljofarados guijarros que nos encantaba contemplar en lo hondo de su seno no se movían, en quieto contentamiento, cada uno en su antigua posición, brillando gloriosamente para siempre.





Las márgenes del río y de los numerosos arroyos deslumbrantes que se deslizaban por

caminos sinuosos hasta su cauce, así como los espacios que se extendían desde las márgenes descendiendo a las profundidades de las corrientes hasta tocar el lecho de guijarros en el fondo, esos lugares, no menos que la superficie entera del valle, desde el río hasta las montañas que lo circundaban, estaban todos alfombrados por una hierba suave y verde, espesa, corta, perfectamente uniforme y perfumada de vainilla, pero tan salpicada de amarillos ranúnculos, margaritas blancas, purpúreas violetas y asfódelos rojo rubí, que su excesiva belleza hablaba a nuestros corazones, con altas voces, del amor y la gloria de Dios.


Y aquí y allá, en bosquecillos entre la hierba, como selvas de sueño, brotaban fantásticosárboles cuyos altos y esbeltos troncos no eran rectos, mas se inclinaban graciosamente hacia la luz que asomaba a mediodía en el centro del valle. Las manchas de sus cortezas alternaban el vívido esplendor del ébano y la plata, y no había nada más suave, salvo las mejillas de Eleonora; de modo que, de no ser por el verde vivo de las enormes hojas que se derramaban desde sus cimas en largas líneas trémulas, retozando con los céfiros, podría habérselos creído gigantescas serpientes de Siria rindiendo homenaje a su soberano, el Sol.

Tomados de la mano, durante quince años, erramos Eleonora y yo por ese valle antes de que el amor entrara en nuestros corazones. Ocurrió una tarde, al terminar el tercer lustro de su vida y el cuarto de la mía, abrazados junto a los árboles serpentinos, mirando nuestras imágenes en las aguas del Río de Silencio. No dijimos una palabra durante el resto de aquel dulce día, y aun al siguiente nuestras palabras fueron temblorosas, escasas. Habíamos arrancado al dios Eros de aquellas ondas y ahora sentíamos que había encendido dentro de nosotros las ígneas almas de nuestros antepasados. Las pasiones que durante siglos habían distinguido a nuestra raza llegaron en tropel con las fantasías por las cuales también era famosa, y juntos respiramos una dicha delirante en el Valle de la Hierba Irisada. Un cambio sobrevino en todas las cosas. Extrañas, brillantes flores estrelladas brotaron en los árboles donde nunca se vieran flores. Los matices de la alfombra verde se ahondaron, y mientras una por una desaparecían las blancas margaritas, brotaban, en su lugar, de a diez, los asfódelos rojo rubí. Y la vida surgía en nuestros senderos, pues altos flamencos hasta entonces nunca vistos, y todos los pájaros gayos, resplandecientes, desplegaron su plumaje escarlata ante nosotros. Peces de oro y plata frecuentaron el río, de cuyo seno brotaba, poco a poco, un murmullo que culminó al fin en una arrulladora melodía más divina que la del arpa eólica, y no había nada más dulce, salvo la voz de Eleonora. Y una nube voluminosa que habíamos observado largo tiempo en las regiones del Héspero flotaba en su magnificencia de oro y carmesí y, difundiendo paz sobre nosotros, descendía cada vez más, día a día, hasta que sus bordes descansaron en las cimas de las montañas, convirtiendo toda su oscuridad en esplendor y encerrándonos como para siempre en una mágica casa-prisión de grandeza y de gloria.


La belleza de Eleonora era la de los serafines, pero era una doncella natural e inocente, como la breve vida que había llevado entre las flores. Ningún artificio disimulaba el fervoroso amor que animaba su corazón, y examinaba conmigo los escondrijos más recónditos mientras caminábamos juntos por el Valle de la Hierba Irisada y discurríamos sobre los grandes cambios que se habían producido en los últimos tiempos.


Por fin, habiendo hablado un día, entre lágrimas, del último y triste camino que debe sufrir el hombre, en adelante se demoró Eleonora en este único tema doloroso,

vinculándolo con todas nuestras conversaciones, así como en los cantos del bardo de Schiraz las mismas imágenes se encuentran una y otra vez en cada grandiosa variación de la frase.

Vio el dedo de la muerte posado en su pecho, y supo que, como la efímera, había sido creada perfecta en su hermosura sólo para morir; pero, para ella, los terrenos de tumba se reducían a una consideración que me reveló una tarde, a la hora del crepúsculo, a orillas del Río de Silencio. Le dolía pensar que, una vez sepulta en el Valle de la Hierba Irisada, yo abandonaría para siempre aquellos felices lugares, transfiriendo el amor entonces tan apasionadamente suyo a otra doncella del mundo exterior y cotidiano. Y entonces, allí, me arrojé precipitadamente a los pies de Eleonora y juré, ante ella y ante el cielo, que nunca me uniría en matrimonio con ninguna hija de la Tierra, que en modo alguno me mostraría desleal a su querida memoria, o a la memoria del abnegado cariño cuya bendición había yo recibido. Y apelé al poderoso amo del Universo como testigo de la piadosa solemnidad de mi juramento. Y la maldición de Él o de ella, santa en el Elíseo, que invoqué si traicionaba aquella promesa, implicaba un castigo tan horrendo que no puedo mentarlo. Y los brillantes ojos de Eleonora brillaron aún más al oír mis palabras, y suspiró como si le hubieran quitado del pecho una carga mortal, y tembló y lloró amargamente, pero aceptó el juramento (pues, ¿qué era sino una niña?) y el juramento la alivió en su lecho de muerte. Y me dijo, pocos días después, en tranquila agonía, que, en pago de lo que yo había hecho para confortación de su alma, velaría por mí en espíritu después de su partida y, si le era permitido, volvería en forma visible durante la vigilia nocturna; pero, si ello estaba fuera del poder de las almas en el Paraíso, por lo menos me daría frecuentes indicios de su presencia, suspirando sobre mí en los vientos vesperales, o colmando el aire que yo respirara con el perfume de los incensarios angélicos. Y con estas palabras en sus labios sucumbió su inocente vida, poniendo fin a la primera época de la mía.






Hasta aquí he hablado con exactitud. Pero cuando cruzo la barrera que en la senda del Tiempo formó la muerte de mi amada y comienzo con la segunda era de mi existencia,siento que una sombra se espesa en mi cerebro y duda de la perfecta cordura de mi relato.


Mas dejadme seguir. Los años se arrastraban lentos y yo continuaba viviendo en el Valle de la Hierba Irisada; pero un segundo cambio había sobrevenido en todas las cosas. Las flores estrelladas desaparecieron de los troncos de los árboles y no brotaron más. Los matices de la alfombra verde se desvanecieron, y uno por uno fueron marchitándose los asfódelos rojo rubí, y en lugar de ellos brotaron de a diez oscuras violetas como ojos, que se retorcían desasosegadas y estaban siempre llenas de rocío. Y la Vida se retiraba de nuestros senderos, pues el alto flamenco ya no desplegaba su plumaje escarlata ante nosotros, mas voló tristemente del valle a las colinas, con todos los gayos pájaros brillantes que habían llegado en su compañía. Y los peces de oro y plata nadaron a través de la garganta hasta el confín más hondo de su dominio y nunca más adornaron el dulce río. Y la arrulladora melodía,más suave que el arpa eólica y más divina que todo, salvo la voz de Eleonora, fue muriendo poco a poco, en murmullos cada vez más sordos, hasta que la corriente tornó, al fin, a toda la solemnidad de su silencio originario. Y por último, la voluminosa nube se levantó y, abandonando los picos de las montañas a la antigua oscuridad, retornó a las regiones del Héspero y se llevó sus múltiples resplandores dorados y magníficos del Valle de la Hierba Irisada.







Pero las promesas de Eleonora no cayeron en el olvido, pues escuché el balanceo de los incensarios angélicos, y las olas de un perfume sagrado flotaban siempre en el valle, y en las horas solitarias, cuando mi corazón latía pesadamente, los vientos que bañaban mi frente me llegaban cargados de suaves suspiros, y murmullos confusos llenaban a menudo el aire nocturno, y una vez —¡ah, pero sólo una vez!— me despertó de un sueño, como el sueño de la muerte, la presión de unos labios espirituales sobre los míos.


Pero, aun así, rehusaba llenarse el vacío de mi corazón. Ansiaba el amor que antes lo colmara hasta derramarse. Al fin el valle me dolía por los recuerdos de Eleonora, y lo abandoné para siempre en busca de las vanidades y los turbulentos triunfos del mundo.


Me encontré en una extraña ciudad, donde todas las cosas podían haber servido para

borrar del recuerdo los dulces sueños que tanto duraran en el Valle de la Hierba Irisada. El fasto y la pompa de una corte soberbia y el loco estrépito de las armas y la radiante belleza de la mujer extraviaron e intoxicaron mi mente. Pero, aun entonces, mi alma fue fiel a su juramento, y las indicaciones de la presencia de Eleonora todavía me llegaban en las silenciosas horas de la noche. De pronto, cesaron estas manifestaciones y el mundo se oscureció ante mis ojos y quedé aterrado ante los abrasadores pensamientos que me poseyeron, ante las terribles tentaciones que me acosaron, pues llegó de alguna lejana, lejanísima tierra desconocida, a la alegre corte del rey a quien yo servía, una doncella ante cuya belleza mi corazón desleal se doblegó en seguida, a cuyos pies me incliné sin una lucha, con la más ardiente, con la más abyecta adoración amorosa. ¿Qué era, en verdad, mi pasión por la jovencita del valle, en comparación con el ardor y el delirio y el arrebatado éxtasis de adoración con que vertía toda mi alma en lágrimas a los pies de la etérea Ermengarda? ¡Ah, brillante serafín, Ermengarda! Y sabiéndolo, no me quedaba lugar para ninguna otra. ¡Ah, divino ángel, Ermengarda! Y al mirar en las profundidades de sus ojos, donde moraba el recuerdo, sólo pensé en ellos, y en ella.

Me casé; no temí la maldición que había invocado, y su amargura no me visitó. Y una

vez, pero sólo una vez en el silencio de la noche, llegaron a través de la celosía los suaves suspiros que me habían abandonado, y adoptaron la voz dulce, familiar, para decir:




«¡Duerme en paz! Pues el espíritu del Amor reina y gobierna y, abriendo tu apasionado corazón a Ermengarda, estás libre, por razones que conocerás en el Cielo, de tus juramentos a Eleonora.»

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Trastorno bipolar o maníaco depresión

Como he expresado anteriormente no sé bien como denominar a lo que me pasa, en lo que se refiere a mi problema mental, a veces me identifico con la definición de trastorno bipolar porque es una expresión que se volvió corriente, porque ya muchos hablan de esta, pero maníaco depresión va mas con lo que me pasa, pues su nombre describe claramente los estados a que estoy sometido cuando entro en estados de desbalances.

Pienso que la nueva definición de trastorno bipolar tiene sus efectos positivos, pues al dar un nombre no tan brusco, puede ayudar a disminuir la estigmatización que se tiene con este problema mental. Sin embargo, esta nueva forma de etiquetar una serie de actuaciones de personas que se puede decir están fuera del funcionamiento normalmente aceptado por la sociedad, tiene sus efectos negativos, principalmente porque permite crecer de forma artificial, una denominación que tiene su marca sobre las personas; porque además se hace principalmente con el fin de medicalizar en exceso y de pronto sin necesidad, a personas que no sufren de un problema mental tan grave como el mío y lo más seguro es que no necesitasen tomar tantas medicinas o alguna medicina.

Según estudios estadísticos realizados en países del primer mundo, con el cambio de definición de los términos (de maníaco depresivo a bipolar), se pasó de una afectación de menos del 1% en el caso del trastorno maníaco depresivo a un 24% o mas y creciendo, para el trastorno bipolar en sus diferentes modalidades.

Soy de la opinión que no se debería tomar tantas medicinas, para los problemas mentales o problemas de adaptación social, ataques de locura o como quiera que se denomine a los desbalances mentales que tenemos, que hacen que en algunos momentos nos comportemos fuera de lo normalmente aceptado, bien sea que la causa sea un problema intrínseco causado por un desbalance interno (teoría del desbalance químico), o porque sea una característica de nuestro comportamiento (teoría de la antipsiquiatría), pero actuamos de forma no tan normal o como lo conocen muchos que no se interesan en problemas de la mente, actuamos como personas locas en determinados momentos.

Sobre que no se debería tomar tantas medicinas, existen médicos que no están de acuerdo en que se deba tomar medicinas de por vida, después de haber sufrido episodios de problemas mentales, entre ellos esta la Dra Moncrieff la cual publicó en su blog el 2 de marzo de 2016 que en el Reino Unido se inició un estudio para determinar que pasa con los pacientes a los que se les reduce o suprime los antipisicóticos, como tratamiento de mantenimiento a pacientes que han tenido uno o varios episodios psicóticos y dentro de esta clasificación estamos los maníaco depresivos o bipolares I.

Aunque no vivo en los Estados Unidos, lo que se define en mi país al estar bajo su influencia, en cuanto a la regulación de la medicina para los trastornos mentales, se hace con base en lo que defina allá.

Muchos de los protocolos de atención que usan los psiquiatras en mi país, se basan en los manuales de diagnóstico desarrollados por la Asociación de Psiquiatras de los Estados Unidos (APA); lo que está haciendo dicha entidad con las nuevas definiciones para el trastorno bipolar, al incluir solo la posibilidad de episodios psicóticas (no como algo distintivo y definitorio, que si lo es para la definición de trastorno maníaco depresivo), es crear la impresión de que este es un asunto muy serio; al mismo tiempo arreglándoselas para aumentar la cantidad de posibles pacientes, extendiendo la red de diagnóstico, al poder incluir en este diagnóstico a personas con problemas mentales relativamente leves.

Lo que se busca con lo que se dice en el párrafo anterior, es poder recetar legalmente antipsicóticos a personas que no han tenidos episodios de psicosis (yo llamo a esto un contrasentido), antes de definirse la nueva etiqueta de trastorno bipolar una persona solo era diagnosticada como maniaco depresiva, si había tenido un episodio psicótico fuerte, de resto no tenía un diagnóstico que lo asimilara a este grupo, al cambiar la definición a trastorno bipolar se ampliaron las posibilidades de asimilarse a este grupo de pacientes afectados por problemas mentales similares, sin embargo, lo que se hizo es empezar a tratar a pacientes que no tenían un problema mental tan grave (maniaco depresión), con medicinas muy agresivas como son los antipsicóticos, que si se mira bien es un contrasentido, pero este había quedado legalizado.

En la evolución de los conceptos de la psiquiatría: Se pasó de una definición muy cruda, pero a la vez muy concreta para definir un problema mental, que es el denominado anteriormente como trastorno maníaco depresivo, pasando a algo más bien vago y que puede dar cabida a muchos más pacientes que la definición más antigua, como es la nueva definición de trastorno bipolar.

Correlacionando lo que me ha afectado y he sentido, con las definiciones antiguas y más modernas de problemas mentales, lo que me afecta cuadra con la definición más clásica de trastorno maníaco depresivo, que es lo que seguramente me diagnosticaron en el momento en que entre en un estado comúnmente llamado de locura o médicamente denominado estado psicótico, por allá a principios de los 80 y de acuerdo con las nuevas definiciones dadas por la psiquiatría moderna que surgieron en la década de los 90, sufro de un trastorno bipolar del tipo I.

La antipsiquiatría y aún algunos psiquiatras plantean respecto a los problemas mentales, "que estos no pueden definirse como enfermedades mentales, porque la gente es compleja y diversa, por lo que los problemas encontrados en el transcurrir por la vida también son complejos y diversos. Algunos de los problemas a que se enfrentan las personas son relativamente menores y fáciles de tratar. Otros pueden ser realmente abrumadores. Algunos son de hecho problemas médicos y requieren ayuda médica. Otros, simplemente, no lo son. La mayoría de las actualmente llamadas enfermedades mentales, son básicamente problemas de conducta personal y no requieren fármacos. La medicalización de los problemas humanos de la vida es tan falsa, como las antiguas teorías del flogisto o la brujería. Las drogas (medicinas recetadas por psiquiatras, el alcohol o los psicotrópicos ilegales pero de fácil consecución) no son una solución eficaz a los problemas de la vida".

Aunque no estoy 100% de acuerdo con la antipsiquiatría, estoy de acuerdo con el anterior planteamiento y con base en lo que he vivido me inclino por pensar que lo mío no es un problema menor, que requiere de pronto de ayuda externa y del uso de químicos, pero en este momento no se tiene un protocolo científicamente probado y claro para mi tratamiento y lo que hago es con base en lo vivido: He definido mi forma de tratarme, tratando de estar un máximo de tiempo libre de sustancias externas toxicas pero de pronto necesarias en algunos momentos.

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Bien sea que realmente no tenga ninguna enfermedad y solo sea un problema de adaptación pero he sufrido por comportamientos que he tenido, que no son muy comunes, que no están bien vistos, que han afectado a otros y a mí mismo, por lo que he necesitado de algo que me ayude a corregirlos, en algunas oportunidades, ese algo que ha sido llamado como se quiera: Medicinas, drogas, psicofármacos o psicoactivos, han hecho que me pueda sentir mejor de ciertas características de mi comportamiento y que actué más normalmente ante la sociedad, pero sin excluir sus efectos malucos.

En mi caso creo que si tengo un problema mental, que se puede decir grave, que necesito ayuda externa y tomar fuertes psicofármacos en los episodios de crisis, que afortunadamente han sido muy pocos, sin embargo, he sentido también que he podido vivir relativamente bien, sin tomar medicinas cuando tengo periodos de estabilidad emocional, que es la mayor parte del tiempo o tomando un mínimo de estas cuando tengo desbalances leves para evitar llegar a una crisis.

martes, 14 de julio de 2015

Feliz de no haber sido tratado con litio para mi trastorno bipolar

Dentro de las situaciones afortunadas que he tenido, dentro de lo que me ha tocado soportar debido a mi problema mental, se tiene el no haber sido medicado con litio, en ninguna de las veces en que acudí a los psiquiatras que me han tratado.

Aunque lo que he tomado, no ha sido lo mas suave y con menos efectos secundarios, si se compara con lo que puede pasar si se toma litio es preferible.

En mi primera crisis, año 1983, debido a que no existía la internet y que a los pacientes no se les explica mayormente lo que les pasaba (aún hoy esto es lo mas común), no supe que existía el litio como medicina para tratar los desbalances, fui tratado con antipsicóticos fuertes, después de la remisión los síntomas de mi tb fueron pocos. Se me dejo entonces un tratamiento de control, con base en un antipsicótico, el cual debido a sus molestos efectos secundarios decidí dejarlo, aun cuando lo corté de tajo, pude estar en una situación de relativa normalidad durante varios años.

Luego cuando tuve de nuevo fuertes síntomas de mi maníaco depresión, fui tratado de nuevo con antipsicóticos los cuales tomé por un corto tiempo y descontinué de nuevo, volviendo a un estado de relativa estabilidad.  Siempre se me dijo que tenia que tomar medicamentos de control, pero no soportaba sus efectos secundarios y los suspendía, con algunas consecuencias negativas, pues habían momentos en que mi trastorno se alborotaba, aunque sin llegar a una crisis fuerte, y como no se controlaban estos desbalances, tuve inconvenientes en la vida personal y laboral.



Corría el año de 2007, tuve de nuevo síntomas significativos de mi trastorno mental, esta vez con desbalances muy fuertes y después de haber soportado los efectos negativos que estos me causaron sin tomar medicinas para ello.  Fue entonces cuando por este medio (la internet), encontré que lo que sufría estaba definido como un problema mental denominado trastorno bipolar, antes llamado trastorno maníaco depresivo y que lo mejor para los afectados es tomar medicamentos de control, decidí pues, ir de nuevo donde el psiquiatra, esta vez en un estado que se puede decir de equilibrio, pues la crisis ya había hecho su curso, pero consciente de tener un problema crónico que me afectaba, le conté mi situación y me medicó con un anticonvulsivo como medicina de control, esta vez sufrí menos efectos secundarios, pero los tuve y después de cierto tiempo logré acostumbrarme a esta medicina sin sentir sus efectos secundarios, aunque si los tenía pero sin ser apreciables de primerazo.

A pesar de no haberme ido tan mal con este ultimo tratamiento de control; hace un año aproximadamente lo volví a suspender y solo estoy tomando los medicamentos que se me dejaron como control, para el manejo de síntomas problemáticos cuando siento que tengo desbalances que son parte de mi tb.

Hace pocos días leí el post del blog de la  Dra Joanna Moncrieff donde habla sobre el litio que es la primera opción terapéutica como tratamiento de control para el trastorno bipolar en la actualidad, puede no ser tan bueno como se dice por muchos y puede ser que por la mayoría de los psiquiatras, según afirma con sus palabras cuando dice entre otras cosas lo siguiente:

“Tenemos pocas pruebas de que el litio sea un tratamiento realmente eficaz."

"El litio es una neurotoxina, que inhibe el funcionamiento del sistema nervioso por lo cual las personas pueden sentirse somnolientas, letárgicas y se desaceleran.  Estos efectos se observaron en los conejillos de indias en un principio, y luego en personas con manía por el médico australiano, John Cade, quien propuso por primera vez que el litio podría ser un tratamiento útil para la depresión maníaca. En el siglo XIX el litio se había utilizado para el tratamiento de la gota, y se convirtió en un ingrediente popular de tónicos e incluso cerveza, hasta que se demostró que no se disuelven los cristales de ácido úrico que causan la gota como había sido reivindicado.  En mi opinión, la evidencia de que el litio ayuda a prevenir los episodios de depresión maníaca es demasiado débil para compensar los daños que puede causar (que comúnmente se incluyen los daños de la tiroides, daño renal, y la toxicidad neurológica aguda a dosis muy cercanos a los que se utilizan en la práctica, por lo tanto la necesidad de vigilancia en la sangre). El síndrome maníaco depresivo es una enfermedad muy variable. Algunas personas tienen muchos episodios, algunas personas pocos, y el patrón de los episodios varía a lo largo de la vida también. Los largos períodos de estabilidad no son necesariamente evidencia de la efectividad de un tratamiento. Por lo anterior tendríamos que demostrar la eficacia y el valor del litio en un ensayo prospectivo aleatorizado en el que las personas que no habían estado previamente en el tratamiento farmacológico a largo plazo fueron asignados al azar para comenzar litio o placebo. En la actualidad, mi opinión es que la evidencia de que el litio podría ser eficaz no es lo suficientemente fuerte como para justificar un juicio tal, dados los riesgos para la salud asociados."

Ya para terminar este articulo, la Dra Moncrieff a nivel de conclusión deja unos párrafos bastante duros y críticos con la psiquiatría moderna cuando dice:

 "Los médicos deben ser honestos sobre el estado de las pruebas sobre el litio, no estoy convencida de que hay circunstancias que justifiquen los riesgos que conlleva.

En 1957 un farmacólogo lamentó la moda para el tratamiento 'por el envenenamiento de litio’. Un día, creo yo, vamos a despertar y darnos cuenta de que su preocupación era correcta".




En este otro post: Pruebas sobre el efecto del litio sobre el suicidio la Dra plantea que:


"No parece estar aumentando la aceptación sobre la idea de que el litio prevenga suicidio, o que pueda reducir las tasas de mortalidad."


Según mi opinión que he tomado después de mi autoanálisis, basándome en las opiniones de ciertos psiquiatras, principalmente en la de la Dra Moncrieff, unido a mi deseo de no tener que estar sujeto a tomar tanta medicación: Mi problema mental, al cual se puede etiquetar como trastorno bipolar, no tiene una cura y el tratamiento de control que se recomienda por algunos médicos no es el indicado, pues no hay una evidencia solida de que al estar bajo droga de control, se tengan menos episodios de crisis, si se compara cuando no se toma esta.

 Aunque la mayoría de los médicos dicen que es necesaria la droga de control, que esta funciona y es lo que la mayoría de los pacientes están convencidos que es así, pues esta mentira nos la han repetido mil veces, convirtiéndola en una verdad que se acepta como tal, como los dogmas de fe que antiguamente imponían las religiones cristianas, en mi forma de ver las cosas el manejo de nuestro problema mental debe ser el de atacarlo solamente en las crisis, reduciendo al mínimo los síntomas problemáticos, con compuestos que se ha comprobado que minimizan los estados alterados,  que a mi modo de ver es provocar un estado de desconexión mental parcial de la persona, para evitar los daños que puedan causarse al paciente y/o su entorno, mientras que los síntomas del trastorno mental siguen su curso y la persona afectada vuelve de nuevo a un estado cercano a la estabilidad, así solo en en estos periodos se sufrirán las consecuencias de los efectos malucos de los medicamentos, pero una vez se controlen estos deben reducirse a un mínimo o suspenderlos mientras no se tenga un nuevo síntoma.




domingo, 31 de mayo de 2015

Fue Bolivar Bipolar?

Ahora aparece por varios lados que otro famoso fue bipolar, Simón Bolivar, fue un general americano, descendiente de españoles y al parecer también de africanos (aunque él, siempre trato de ocultar la mitad de su origen, en los cuadros siempre parece un fino español mantuano, gracias al Photoshop del siglo XIX), que fue una de las personas claves para la separación de las colonias americanas del dominio español, situación que se dio a principios del siglo XIX.

Para empezar para mi forma de ver Bolívar no fue bipolar principalmente porque dicho trastorno apenas existe a partir de la última década del siglo XX, digo que existe solo a partir de los últimos tiempos, porque antes existían otros problemas mentales diferentes, pues la condición de bipolar tiene que ver entre otras cosas con algo que solo se puede dar en el contexto actual, pues requiere de unas condiciones internas de personas que provocan un funcionamiento mental fuera de la norma, moduladas por la forma de vida actual, con toda su modernidad, que incluye el consumo diario de demasiados compuestos químicos sintéticos, que no existían antes, además porque muchos casos de bipolaridad son creados por esta misma situación, lo que de pronto pudo sufrir Bolivar pudo ser análogo a lo que ahora se llama trastorno bipolar, pero como tal no lo fue.

Según un análisis que el Dr Jorge Téllez Vargas hace de Bolívar: en el Artículo "Dos hombres, un héroe, La mente del Libertador en la pluma de Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez y Evelio Rosero" que hace parte del libro 12 personajes literarios en busca de psiquiatra.

Basándose de la imagen entre histórica y ficticia de Bolívar, que muestran estos tres escritores lo define como un bipolar mas.

Existe un audio de una entrevista del Dr tellez donde se habla de este artículo.

Entre otras cosas se dice:





"Serían necesarias algo más de dos décadas a partir de nuestra consulta imaginaria con el Libertador para que la psiquiatría conceptualizara su dolencia. A mediados del siglo XIX, Jules Baillarger y Pierre Falret hablaron de una enfermedad que tenía fases de manía y melancolía. El primero la llamó locura de forma dual y el otro, locura circular. A comienzos del siglo XX, Emil Kraepelin hizo una descripción más detallada que la de sus predecesores y acuñó el concepto de psicosis maniacodepresiva, que desde 1994 se conoce como trastorno bipolar.  No es de descartar que en un futuro lo llamen trastorno de la regulación del afecto, como se sugiere para algunos cuadros clínicos en una eventual quinta versión del Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-V), de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

Como se observa en nuestro paciente imaginario, es un trastorno en el que alternan o coexisten episodios de gran exaltación (manía) e hiperactividad (hipomanía) con momentos de depresión.  Hoy en día sabemos que el trastorno bipolar tiene un alto componente hereditario y se origina en una alteración de los circuitos cerebrales que equilibran el estado de ánimo.

Gracias a los estudios del psiquiatra suizo-estadounidense Jules Angst, se conoce que en la evolución de la enfermedad bipolar los cuadros de manía e hipomanía, tan floridos y recurrentes en la adolescencia o la juventud temprana, se tornan paulatinamente menos frecuentes. Entonces la depresión comienza a ser la protagonista, y con frecuencia tiende a ser crónica, como lo describe Gabo en su novela.

Todos los seres humanos presentan variaciones anímicas de acuerdo con las circunstancias ambientales y sus vivencias íntimas.  Se trata de periodos de alegría o de tristeza, relacionados y adecuados a la circunstancia, y siempre pasajeros.  Lo que marca la diferencia en el paciente bipolar es que sus respuestas ante los estímulos son exageradas y prolongadas.

Los síntomas suelen aparecer desde la infancia.  Primero se manifiestan con comportamientos oposicionistas e hiperactividad, síntomas que el Bolívar histórico presentó en su infancia y que hicieron que su padre y después su tío Carlos Palacios cambiaran continuamente a sus institutores, incluidos los mismos Simón Rodríguez y Andrés Bello.  También es probable que se presente cierta precocidad sexual.

El paciente bipolar suele ser impulsivo.  Tiene, por tanto, mayor riesgo de abuso de sustancias y suicidio.  En su corte de pacientes bipolares suizos, Angst observó que el 29 por ciento se quitaron la vida.

La psiquiatría paulatinamente ha aceptado algunas de las categorías sugeridas por el psiquiatra armenio estadounidense Hagop Souren Akiskal para el trastorno bipolar: El trastorno bipolar tipo I, que consiste en periodos de depresión que alternan con fases de manía en las que el paciente pierde el contacto con la realidad; el trastorno bipolar tipo II, el más frecuente y difícil de diagnosticar, en el que se combina la depresión con la hipomanía, entendida como hiperactividad y euforia; y el trastorno bipolar tipo III, que corresponde a cuadros de hipomanía o manía desencadenados por el alcohol, las sustancias psicoactivas o algunos fármacos como los antidepresivos tricíclicos.

En su tiempo, Bolívar habría tenido pocas esperanzas de recibir un tratamiento apropiado.  Fue en la mitad del siglo XX cuando se descubrieron las bondades del litio para estabilizar a los pacientes, aunque la toxicidad derivada de su uso fue cuestionada.  Enfoques posteriores se centraron en tratar cada fase sintomática –por un lado antidepresivos para la melancolía y por otro antipsicóticos para la manía– y años más tarde, a partir de los ochenta, se emplearon los anticonvulsivantes y moduladores del ánimo.  Estos fármacos, al estabilizar las alteraciones neurobiológicas de las redes y circuitos cerebrales que dan lugar al trastorno bipolar, impiden la aparición de nuevos episodios afectivos.  Ya sean manifestaciones de tinte depresivo, maníaco o hipomaníaco, estos medicamentos estabilizan el comportamiento del paciente y mejoran su calidad de vida.  Mejor dosificado, hoy vemos un resurgir del litio como terapia, así como la aparición de nuevos estabilizadores del ánimo.  Si apareciera en mi consultorio, a este Bolívar literario yo le habría recetado un estabilizador del ánimo para yugular los síntomas de su bipolaridad, posiblemente de tipo II.

También le habría recomendado psicoterapia para monitorear el tratamiento y enseñarle a identificar los disparadores de sus síntomas.

En conclusión, tenemos varios indicios para sospechar que el Simón Bolívar descrito por Mutis, Gabo y Rosero es bipolar y que le estamos dando el tratamiento acertado.  Son notorios los altibajos emocionales, el escaso control de sus impulsos sexuales, la agresividad, la megalomanía, la distractibilidad y, en ciertos intervalos, momentos de frustración, pesimismo y tristeza.

Sin embargo, cabe preguntarse: ¿es un mismo personaje o son dos personajes distintos? ¿Es lícito amalgamar las visiones de tres escritores para hacer una sola interpretación?
En efecto, cuando se juntan opiniones diversas sobre una persona, y entre estas opiniones se incluyen las de críticos y admiradores, es casi inevitable concluir que esta presenta un carácter dual, o al menos que es francamente inestable.

Aun así, para cualquier psiquiatra es verosímil que el Simón Bolívar de los tres escritores sea una misma persona.  En la personalidad bipolar pueden fácilmente convivir el hombre reflexivo descrito por Mutis, el líder con sus debilidades humanas contado por Gabo y el promiscuo con rasgos de sadismo que pinta Rosero. La moneda tiene dos caras, pero siempre será una sola".

Lo anterior corresponde a una parte del articulo escrito por el Dr Téllez, el articulo completo lo pueden encontrar en el post 12 personajes literarios analizados por psiquiatras donde pinchan donde dice enlace.

viernes, 22 de mayo de 2015

Enfermedades mentales reales y enfermedades que no lo son

En este momento estoy de nuevo usando medicamentos, desde hace como un mes o algo mas volví de nuevo a la tendencia de dejar de dormir y tener sentimientos de manía, opté por volver a tomar las gotas para dormir y retomar el ácido valpróico, espero no tener que tomar nada más, y poder suspender de nuevo este esquema si logro estabilizarme por un buen tiempo.

Se que lo que hago puede ser un acto de irresponsabilidad, pero pienso he logrado con base en ensayos propios lograr apaciguar mis desbalances sin llegar a estados de crisis, tomando algunos medicamentos cuando siento síntomas de mi problema mental que no se pasan pronto, ademas de poder tener períodos relativamente largos de estabilidad sin tomar ningún medicamento.

He logrado convivir con mis fantasmas internos y he logrado controlarlos por mi cuenta muchas veces; eso si, cuando siento que mi autocontrol es incapaz de manejar la situación, acudo a sustancias externas que parece me ayudan, en varias oportunidades lo he hecho con psiquiatras que me asesoran al respecto y últimamente lo hago por mi cuenta con base en lo que los psiquiatras me han dado en varias oportunidades y que de acuerdo con la experiencia me han funcionado mejor.

De acuerdo con lo que he encontrado últimamente en la red, las perspectivas que tenemos quienes estamos afectados por problemas mentales no son las mejores, los protocolos terapéuticos actuales usados por los psiquiatras plantean que tenemos que estar medicados con varias sustancias durante todo el tiempo, que sin esto no existe alternativa para estar aliviados.  Ante esta situación se tienen alternativas que de pronto pueden ser peores como tomar sustancias psicoactivas legales o ilegales que nos llevan a unos alivios temporales pero que con el tiempo nos llevan a una adicción a estas sustancias. Otra es optar por no tomar nada y rogar a Dios para que nos ilumine, para que con la ayuda de él podamos soportar los desbalances y las crisis que vamos a tener, sin tener que matarnos y sin afectar mayor cosa a los demás, como también rogar para que los demás sepan soportarnos mientras volvemos a estados mas o menos normales.

En cuanto a manejo actual que se le esta dando a los problemas mentales se esta en una situación muy negativa, donde en su mayoría los esfuerzos en el desarrollo de nuevos medicamentos impulsados por la industria farmacéutica moderna se enfocan en curar enfermedades inexistentes en personas que no están afectados por problemas mentales reales, a quienes les convencen de que sufren enfermedades mentales, para que acepten estos tratamientos;, mientras tanto para las personas que podemos sufrir de verdaderos problemas mentales graves que son incurables en este momento, no se tienen nuevos avances y mas bien se les deja en manos de los curas, de los chamanes, de guías espirituales, del yoga, se les deja al garete para que vaguen por las calles para que terminen alcoholizándose o drogándose por su cuenta, con drogas cada vez mas fuertes que no ayudan si no que hunden mas.

En resumen los que sufrimos problemas mentales reales tenemos un panorama poco alentador.

En mi caso he podido sobrevivir los últimos 8 años con solo dos componentes químicos los cuales he usado de acuerdo con la prescripción medica durante digamos la mitad del tiempo y luego últimamente usándolos solo como alivio cuando tengo síntomas de desbalances que no puedo hacer retroceder mediante el auto control.

Me dejo aterrado encontrar un blog de una persona que dice tomar mas o menos una docena de diferentes medicamentos y mas o menos la mitad son medicamentos psiquiátricos, la otra mitad son para problemas de enfermedades físicas, que de pronto pudieron ser causadas precisamente por los medicamentos para los problemas de la mente.

Esta persona es el ejemplo de lo que se busca por parte de la industria farmacéutica moderna, es hacer que todas las personas tomen una gran cantidad de medicamentos para poder llenarse sus bolsillos y no para curar una enfermedad.

Esto me hace acordar de lo que decían nuestros padres o abuelos, que las medicinas de antes si curaban, si antes usted se enfermaba se tomaba un remedio y se curaba y no tenía que volver a tomar este remedio y si la enfermedad no tenía cura pues no se tomaba nada y se terminaba o muriéndose por culpa de esta enfermedad o curándose por su propia cuenta.

Por lo tanto en años pasados mas o menos unos 50 o 60 años atrás, las ventas de medicamentos eran muy pocas, en este momento se tienen demasiados tipos de medicamentos para enfermedades que se pueden curar, pero también muchos medicamentos para enfermedades incurables, para las que de pronto podría ser mejor hacer como se hacía en la antigüedad, que es mejor que la persona se cure sola o que se muera sin tener que tomar tanta cosa.  Para acabar de completar en esta modernidad para poder vender muchas mas medicinas les dio por inventarse enfermedades inexistentes para las cuales se crearon una gran cantidad de medicamentos que no pueden curarlas, porque no existen, pero que para fortuna pueden eso si enfermar de otras enfermedades reales las cuales pueden ser tratadas por remedios reales y que de pronto pueden curar.





viernes, 1 de mayo de 2015

Viviendo con emociones alteradas


Viviendo con emociones alteradas

Este es un post que se ha configurado como una republicación de un post original con una corrección no autorizada por su autora, pues he hecho cambios al original para adaptarlo de acuerdo con mi gusto, ademas su autora es anónima, que de haberse hecho dentro de los canones legales, daría para una demanda en mi contra, que por demás tambien soy un anónimo a pesar que escribo con un nombre de pila, pues Oscar Márquez como tal, tampoco existe.
Este post es la definición según “Blue” de lo que se denomina un trastorno bipolar.
Pido perdón a Blue, por lo que estoy haciendo, pero si desea y logra ver esto y no le gusta y puede comprobar de algún modo que es ella y quiere que retire esta corrección de la red, pues simplemente lo haría.

"Ayer estuve chateando con un chico de Castellón al que hacía tiempo que no veía por las redes sociales. Es joven, tendrá unos 25, y en su día decidió dejar la medicación, porque la acupuntura le quitó la Ansiedad y se sentía sin más problema, no estaba en la montaña rusa. Pero las cosas cambiaron, me contó que tuvo una depresión y volvió al psiki a dejarse empastillar (argot). Me llamó la atención un comentario que hizo: “las emociones no son un secreto para nosotros”, a cuento de un taller de teatro.
Ese es el quid de nuestro problema mental. El TB ha sido definido como “enfermedad de las emociones”.Tú experimentas emociones, como cualquier hijo de vecino. Te alegra ver a un amigo, te entristece visitar a un enfermo en el hospital. Tu estado de ánimo depende de lo que te ocurre, debido a lo que tu entorno te brinde, incluso de vez en cuando no experimentas emociones fuertes (“estás normal”) pero también sabes perfectamente lo que te pasa cuando te cabreas hasta el límite. Te sorprendes ilusionándote cuando juegas con un niño pequeño, y emocionándote hasta soltar la lagrimilla con una película… tú has hecho esto, y el resto de humanos, tambien,… navegar, OSCILAR cotidianamente entre emociones, a veces contradictorias durante el mismo día. Por ejemplo, llegas de mala leche del curro, más el atasco en la autopista y se te arregla –y alegra, emoción- el día viendo ganar a tu equipo favorito un partido de fútbol.
Son los sentimientos cotidianos.  Sin embargo, para un bipolar, esto no es cotidiano y llevadero, sino cotidiano y un problema. Porque esas emociones son mucho más fuertes.  Se es muy sensible a ellas, los estímulos externos que provocan emociones fuertes y son controlables para cualquiera del montón, pueden convertirse en cuchillos afilados. Observa una reunión de niños. Juegan, y mientras lo hacen, chillan, ríen, se agitan. Yo digo que son pequeños maníacos. Fíjate en sus emociones, y cómo las expresan, en risas abiertas y francas, en movimientos corporales abiertos. Es un estado alterado de conciencia muy interesante. Creo que es de tipo hormonal.

Ahora nos detendremos en otro escenario, esta vez triste, por ejemplo un velatorio. Los hay muy compungidos, les ha tocado de cerca. Si no lloran, apreciarás en sus rostros el dolor, la impotencia, etc. Otros hacen compañía, y por contagio, se les cae la lágrima. Ya tenemos los dos extremos.

Los hemos fotografiado en dos momentos. Ahora pasemos al trastorno bipolar. No son momentos puntuales. Son episodios o fases donde las emociones están alteradas. Duran días, semanas, o meses, quizá años. Por lo que he visto, las manías suelen ser cortas, mientras que las depresiones se instalan hasta que no tienen otra cosa mejor que hacer que largarse ("Adieu, mon amour", dice un amigo mío en ese momento).

Las fases maníacas son de gran exaltación, alegría, amor por la vida. La manía es un pacto con la Vida. Todo es magnífico, la botella está medio llena y te la bebes, y además pides otra ronda que pagas generosamente, porque siempre estás celebrando y regalando cosas. Tú eres de puta madre, te sobra autoestima por todos lados. Te sientes muy abierto, le cuentas tu vida hasta al portero. Sales más, haces vida social, la gente es simpatiquísima y vas haciendo amistades por doquier, tu labia es imparable, eres la hostia.
Duermes poco porque además de necesitar tan solo cuatro o cinco horas, tienes mil cosas a hacer, veinte libros nuevos por leer, una casa a redecorar, un vestuario a renovar porque tú te sientes renovado y necesitas ver esos cambios en los viejos escenarios.
Viajas porque necesitas experiencias nuevas, los escenarios de siempre te aburren. El Amor te llama y te enamoras de cualquiera sin pensarlo ni analizarlo mucho, cuando en realidad te has enamorado del Amor.
Y el sexo, ohh..., piensas mucho en el sexo: no pararías, eres el mejor amante y además infatigable. Todo te sabe a mucho pero quieres más, te sientes vivo como no lo habías hecho antes y necesitas más inyección de vida, y además te sobra energía para aguantarla.
Te sientes realmente feliz, lo disfrutas al máximo, tú y el mundo estáis compenetrados y os dais lo mejor el uno al otro.

La depresión, por lo contrario, es una lucha contra la Muerte. Estás muerto en vida. En la mayoria de las veces no hay un factor o causa externa alguna para que te hayas hundido (tienes un depresión endógena), pero tú te sientes muy solo, muy vacío y definitivamente muerto por dentro. No vives, eres un vegetal, se te acabaron las pilas.
Te sientes una mierda, y te preguntas si alguna vez tuviste autoestima, cuando te miras al espejo y el reflejo es el de un viejo demacrado o una pre-obesidad. Sueles quedarte en blanco mirando al techo, perdido en tu propio interior, preso de ti mismo. No coges el teléfono porque no tienes ganas de hablar. Si lo coges, tu voz es un maullido, no dices nada porque no hay nada a contar, y acabas colgando entre excusas porque te agobia tanta charla.

Vives en la Nada. El sexo ha dejado de existir, como tantas otras cosas, te apetece -no, no te apetece nada en absoluto, NECESITAS directamente- dormir, dormir te desconecta de la pesadilla, duermes más de doce horas al día a veces. Te gustaría estar para siempre en sueños, o en un lugar tranquilo donde nadie te molestase, porque tu “yo” se ha cerrado al mundo, y a tu vida en el mundo. Sales de casa por obligación, tu lugar está en la cama o en el sofá tragando telebasura, y en chándal, eso si te has quitado el pijama. ¿Ducharse? Cuando no hay más remedio, no hay ganas ni de eso.
Tu yo está triste, muy triste, muy solo en este mundo que se ha estrechado hasta encerrarte en un muro, y se sufre mucho por ello, se siente impotencia y aislamiento, se ha perdido la capacidad de comunicarse con sus semejantes. Sufres por ti y por toda la humanidad, tu sufrimiento no tiene límites. Cualquier chorrada te hace llorar, eso cuando no estás llorando porque sí.

Piensas que vas a quedarte toda la vida en ese estado, esta vida que es una mierda, y te planteas que estarías mejor fuera de ella. Y aquí es cuando entramos en la zona de peligro: “El Suicidio”.

Estoy hablando de la misma persona.  Increíble, ¿no es cierto? Que ha experimentado ambas cosas a lo largo de su vida, o en el mismo año. Por ejemplo, en medio año ha pasado de un extremo a otro, es moneda común. O te catapultan, o te caes al foso, como el pobre Coyote.

Es el Péndulo. Advierto que he descrito fases “puras”, síntomas de manual de psiquiatría, pero ciertos. Cuando un bipolar está bajo tratamiento, puede padecer -y padece- nuevos episodios, pero en teoría gracias a la medicación estabilizadora del humor los síntomas pueden ser mucho más suaves y llevaderos.
Dije en teoría, y lo subrayo. Entrar en una fase de las descritas puede hacerse de forma brusca o paulatina. Suele ser gradual: De repente empiezas a notar síntomas en una u otra dirección.
Y es cuando debes llamar al psiquiatra urgentemente o adelantar la cita que tenías programada el próximo mes, porque necesitas un ajuste en la medicación. La razón es que si las cosas se van de las manos, y el episodio avanza rápido y se agrava antes de que la medicación lo aplaque, la historia puede acabar en un ingreso.

Episodio maníaco, episodio depresivo… me falta el episodio mixto. Es el peor, eso dicen, y yo lo corroboro. Porque se mezclan síntomas de ambos.
También se le llama manía disfórica (lo contrario de la manía eufórica, la feliz). Yo he vivido en un episodio mixto unos ocho meses.
En mi caso, manifestaba casi todos los síntomas de la depre, ideas suicidas incluidas, y una mala hostia con el mundo (irritabilidad, síntoma maníaco) que me permitía hacerlo, y casi lo hago.

Cada día me suicidaba mentalmente, pero por fortuna no lo hacía -pensaba mucho en mi familia, en lo que sufriría, en que no lo entendería-, aunque sabía cómo, y me apartaba de... (no se dan ideas, dice una gran amiga). Me han dicho que el riesgo de suicidio en episodio mixto pasa de ser del 20% al 50%. No me extraña, es un infierno mental del que saldrías por cualquier puerta o balcón.

El episodio mixto es el más temido, porque es el peor. Pero no, el peor es el maníaco, porque temes la psicosis, la pérdida de la razón, perderde de este mundo pero vivo. No, el más nocivo es el depresivo, porque dejas de vivir y te la juegas al suicidio. Tememos a los episodios, no se sabe cuál es peor porque todos acaban siendo asquerosos, todos significan sufrimiento desde el principio o al final (caso de la manía). Es entrar en uno y desear salir el mismo día, pero aguantar mecha hasta que la medicación te saca, o que el péndulo te lleve a otro lugar, que cicles porque sí hacia otro episodio.

Hay un episodio, sin embargo, que sí es el deseado. Se trata de la HIPOMANÍA. Es un grado menor de la manía, es un intermedio entre la eutimia-normalidad y la manía. Estás algo "subidillo" (argot), pero apenas es apreciable. Tu autoestima es correcta. Te sientes bien, simplemente bien, feliz a ratos –los justos- pero de permanente buen humor, satisfecho por tu competencia en lo que eres y haces -trabajo...-, vives positivamente y sin grandes excesos, los corrientes –una cámara digital, todos la tienen ya...-. Eres sociable y simpático, despliegas todo tu "encanto bipolar". Y la gente lo recibe, porque el encanto bipolar existe y lo transmites, y eres aceptado, incluso popular. Hay gente que vive en permanente hipomanía, gente que no tiene por qué sufrir trastorno bipolar.

Además, el perfil hipomaníaco es el del típico triunfador de hoy en día en nuestra sociedad: personas de trato agradable con éxitos laborales, amorosos... Quizá haya entre estas personas -seguro que te suena alguien así-, pero si se quedan ahí en esa hipomanía -sin oscilar o agravarse- no hay mayor problema, al contrario, la vida les ofrecerá muchas satisfacciones.

Un bipolar bajo tratamiento no puede permitirse ni el lujo de la hipomanía, aunque es su máximo anhelo en fase depresiva. Porque puede transformarse en manía, y eso no interesa a nadie. Inmediatamente, se administran antipsicóticos para “bajar”… a eutimia si hay chiripa, a depresión si no.

A los psiquiatras y a los familiares les gustamos más cuando estamos deprimidos, somos mucho más dóciles aunque podemos manifestar también irritabilidad. Lo de la hipomanía es importante, porque es exactamente el punto donde todo bipolar querría vivir para siempre. De hecho, cuando un bipolar remite, y por fin pisa el suelo, la eutimia, puede ocurrirle que la primera sensación sorprendente es que la vida le parezca algo insípida, que a las venas les falte sangre. Hay que acostumbrarse y aceptar que la vida en equilibrio es un lugar donde las emociones ya no son fuertes, ni continuas, se presentan en los momentos en los que se algo se produce (ver niños jugando, ir a un velatorio, sufrir un atasco), ya no se está siempre bajo un estado emocional.

Yo concibo mi problema mental como una lucha entre contrarios, un tira y afloja entre todos los polos y por supuesto entre sus máximos exponentes, la Vida y la Muerte.

La enfermedad me ha afectado y sigue haciéndolo, pero he vivido mientras tanto en períodos eutímicos o hipomaníacos, porque no todo se reduce a experimentar emociones y hacer de éstas el ombligo de tu ser. Lo del conflicto con la personalidad (¿quién soy yo, este polo o el otro?) es otra película.
Lo que sí es cierto es que me siento más humana después de haber pasado por todo el espectro emocional. Hay quien dice que se siente más maduro, y ciertamente los bipolares jóvenes lo son. Y mi empatía, esa capacidad de “Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro” (RAE), es muy alta. Porque mis emociones han hecho de mí una persona muy sensible. Bueno, aquí va por fin lo que son mis sentimientos segun mis palabras, un examen sin apuntes. 
Aprobaré si lo habéis intuído. Porque entenderlo es imposible, hasta para los propios bipos, porque escapa a la razón, lo sientes en tus neuronas y entrañas y punto.

Autora: Blue"

martes, 10 de marzo de 2015

Cambios de mi perspectiva ante los trastornos mentales y mi problema mental

Estuve leyendo hace ya algunos días varios artículos de la Dra Joanna Moncreff donde plantea el engaño que nos ha hecho la industria farmacéutica moderna, la cual ha creado una variedad de enfermedades mentales para poder vender la cura a ellas y llenarse de dinero y para la cual no tienen importancia las dolencias mentales de personas que realmente pueden tener unos trastornos mentales claros, pero que son desde el punto de vista numérico muy pequeños y poco interesantes desde el punto de vista de posibilidad de negocio. También estuve leyendo el libro: "La invención de trastornos mentales" escrito por Héctor González Pardo y Marino Pérez Alvarez cuyo tema es “el desenmascaramiento de prácticas clínicas, tanto de la psiquiatría como de la psicología, por medio de las cuales se inventan trastornos mentales”. En resumen es que en estos escritos encuentro que la psiquiatría y psicología actual en general están mas interesadas en mantener un negocio que en la salud mental de las personas.

Como he venido diciendo en diferentes post de este blog, defino que tengo: Sentimientos encontrados, los que me hacen sentir emociones que muchas veces no están relacionadas con lo que mi entorno me ofrece.  Para ilustrar lo que digo, puedo sentirme eufórico y bastante alegre, después de haber tenido una gran perdida sentimental o personal como por ejemplo ser despedido de un empleo; como también sentir una gran tristeza lo que comúnmente se llama depresión, a pesar de haber logrado un objetivo importante en la vida, que para otra persona podría ser claramente un motivo para estar feliz.

Que esta situación se deba a que sufro de una enfermedad o de un trastorno o como se pueda llamar, es algo que no se tiene claro y mas cuando la literatura al respecto ofrece opiniones contradictorias. Trato de guiarme por lo que siento y por las experiencias que he tenido, pero mis apreciaciones muchas veces van en contra-vía a lo que se afirma en mucho de lo que he podido encontrar en la red, como artículos médicos que dicen tener argumentaciones y sustentos fuertes, basados en teorías manejadas por muchas personas y que estarían soportadas por evidencias médicas. Sin embargo en el libro de González y Pérez mencionado se dice entre otras cosas que: “Los trastornos mentales" lejos de ser las supuestas entidades naturales de base biológica que buena parte de la psiquiatría actual pretende hacer creer, serían entidades construidas de carácter histórico social, mas sujetas a los vaivenes de la vida que a los desequilibrios neuroquímicos, en resumen son mas del orden de los problemas de la vida, que de la biología y mas de la persona que de su cerebro.

En el año de 1983 cuando tenía 16 años, sufrí de una crisis mental la cual me llevó a actuar de forma poco lógica, lo que para el común de las personas, se puede decir que llegué a un estado de locura o de desequilibrio mental, mis razonamientos eran bastante confusos y aunque para mi significaron en esos días, que había encontrado la explicación a todos los interrogantes filosóficos, para las demás personas eran unos razonamientos absurdos o mejor dicho eran idioteces.

Al llegar a este estado de desorden en mis actuaciones, como opción para remediar la situación fui remitido donde un psiquiatra, el cual ordenó se me internara en un centro para personas con desordenes mentales, que en esos días se le llamaba clínica de reposo, para no llamarla como el común de las personas conocen como manicomio.

Allí después de varias semanas de tratamiento, con base en fuertes medicinas que me mantenían como dormido o como denomino yo: Como un zombie, fui poco a poco volviendo a razonar y actuar como la mayoría de las personas a partir de lo cual fui dado de alta y regresé a mi cotidianidad, con la prescripción de una gran cantidad y variedad de medicinas que me afectaban en la forma de sentir como también físicamente.

El doctor que me atendió me dijo una frase que siempre martilla mi mente, "estas enfermo y debes tomar medicamentos para el cerebro por el resto de tu vida", por  varios meses de pronto cerca del año, pero no mas de ahí, cumplí con las prescripciones y acudí a los controles rutinarios, pero debido a que me sentía muy mal, no se si por los efectos primarios y secundarios de las drogas psiquiátricas o porque había mutado a un sentimiento de depresión profundo, tome la determinación de dejar de tajo todo lo que se me había recetado y trate de vivir mi vida sin medicamentos para la cabeza.

Para mi había pasado por una gran mala experiencia, pero decidí que debía continuar con mi vida y de ser posible hacer realidad los sueños que tenia de niño y de adolescente, aunque pensaba que de pronto podía enloquecerme de nuevo o incluso que existía la posibilidad de llegar a un estado de locura irremediable.

Durante mucho tiempo conviví con ciertos desbalances mentales sin darme cuenta que los tenía, o mas bien sabiendo que padecía de algo, pero tratando de no darle mucha importancia, por lo que no me atormentaba demasiado por ello.

Creo que después de varios años de pronto unos 10, dentro de lo que recuerdo no sentí desbalances fuertes, aunque de pronto recuerdo que tenía periodos donde estaba lo que se puede denominar deprimido, como también de ciertos periodos en que hacía cosas de forma apresurada e impulsiva, que después analizaba que no habían sido muy convenientes lo que se puede denominar como periodos de hipomanía.

A pesar del episodio de locura sufrido, pude volver a tener una vida dentro de lo que se puede decir normal o promedio, pude realizar y terminar estudios universitarios y me gradué para el año de 1991.

Después entre a trabajar en una empresa, desempeñándome en mi campo profesional con unos buenos ingresos, lo cual me permitió hacer una nueva familia al lado de mi esposa y mis dos hijos.

Posteriormente no tengo bien claro la fecha pero fue hacia el año de 1995 o de pronto un año o dos mas vine a tener otra crisis no tan fuerte como la primera, cuyos síntomas fueron similares a los que tuve antes de entrar en mi crisis mayor, al sentir que me acercaba a unos sentimientos que para mi eran hacia un estado de locura, al cual no quería llegar, por lo que decidí acudir donde otro médico que me ayudara con mi problema y me permitiera volver a una normalidad, volví de nuevo a tratamiento esta vez con un protocolo dual de psicoterapia y de drogas psiquiátricas, que me permitieron de nuevo volver a una situación normal, a pesar que de nuevo este médico no me dijo que dejara las drogas psiquiátricas, de nuevo las descontinué y no volví a a su consultorio.

Ya hace relativamente pocos años, estaría hablando del año 2007 aproximadamente cuando llegué a mis 40, que empecé de nuevo a sufrir de altibajos emocionales de intensidad media que se iban incrementando, asemejándose a lo que sentí en mi crisis mayor, de nuevo pensé en acudir a pedir ayuda médica, pero como ese momento coincidió con la disponibilidad y popularidad aquí en mi país de un nuevo medio de información como es la red, antes de pedir esa ayuda  decidí buscar el nombre a mi problema mental, adquirir un conocimiento sobre él, ya que en todo el tiempo que llevaba viendo médicos psiquiatras, nunca se me había hecho claridad respecto, descubrí tanto paginas web como también blogs, foros y algunos artículos científicos que se publicaban para no científicos, de muchos temas relacionados con problemas mentales, por lo que me dedique a buscar y leer mucho, para correlacionar lo que había sentido en mi crisis y en mis desbalances, con lo que otros habían sentido y con las clasificaciones que habían hecho otras personas para este tipo de sentimientos.

Vine a encontrar que de acuerdo con muchos sitios de la red, tanto desde el punto de vista de los pacientes, como del lado médico, que lo que yo había sentido y que venía sintiendo se correspondía con lo que en un tiempo anterior se llegó a llamar psicosis maníaco depresiva, que a partir de estos últimos 20 años se le había dado un nuevo nombre que era el de trastorno bipolar, el cual tenía varias subdivisiones de acuerdo con la severidad de los síntomas, que para mi caso era el de tipo I, que implicaba el haber llegado a un estado de desorden mental agudo, de locura temporal, de delirio o como de acuerdo a los términos psiquiátricos del momento un estado psicótico,  aunque siempre había pensado que podía tener una enfermedad muy grave, que podría llevarme tarde o temprano a una locura total y perderme para este mundo; para mi consuelo según lo que encontré en la red sobre esta situación, se afirma que es poco probable que se de, sobre todo en el presente o futuro cercano.

La información que encontré me hizo sentir un poco de tranquilidad, pues pude saber que a pesar de padecer un trastorno mental, según lo que se decía, este no era tan grave ni catastrófico, que se puede vivir con él, de forma parecida a una persona que no la tenga, luego de esto traté de seguir mi ritmo de vida sin tomar medicamentos, pues siempre que iniciaba un tratamiento me mejoraba, pero no lograba soportar los efectos secundarios de los medicamentos y volvía a dejarlos.

Los artículos que eran del corte de la psiquiatría actual, hablaban de que la única forma de estar bien y de poder desempeñarse de forma adecuada era la prescripción de medicamentos, muchas de las entradas de Internet tenían publicidad de ciertos medicamentos con marcas comerciales, los cuales se deberían tomar de forma constante, es decir, estar medicado de por vida, que era lo mismo que me dijo el primer psiquiatra que me trató.

Siempre he tenido la impresión que en mucha de la información que se da por Internet hay un interés comercial y vine a saber que los medicamentos nuevos que se mencionaban eran de unos costos elevadísimos, que para mi caso y mi fortuna no tuve acceso a ellos en ningún momento, porque mi sistema de salud no los prescribe debido a su precio y mas bien prescribe drogas genéricas, que son las que llevan mucho tiempo recetándose y no pagan por las patentes, que de acuerdo con lo que vengo leyendo últimamente pueden ser las mejores en este momento, sin ser las ideales, las cuales hasta ahora no se han encontrado, como tampoco se están buscando.

También he encontrado opiniones del algunos médicos que trabajaron o estuvieron bajo la influencia de los fabricantes de medicinas como el Dr Peter Gotzsche donde en otras cosas dice que: "Los fármacos psicotrópicos causan muchos daños y algunos de los peores suceden cuando los pacientes tratan de suspenderlos, generalmente empeorando su estado. Sus médicos habitualmente les dicen que esto se debe a que aún requieren el fármaco. En realidad lo que muchos pacientes experimentan al tratar de suspender estos fármacos son síntomas de abstinencia. Ellos se han hecho dependientes de los medicamentos, sin embargo los psiquiatras generalmente niegan este hecho"

Participé en foros con otros afectados de problemas parecidos y encontraba que en la mayoría de ellos las personas aceptaban y daban por hecho que la única opción era estar medicado a pesar que en general se decían libres de los síntomas mas fuertes de los problemas mentales, pero decían no sentirse bien del todo.

Leí varios blogs de personas que habían entrado en fuertes estados psicóticos o en fuertes estados de depresión donde narraban cuestiones bastante escabrosas o historias que rayaban en el limite de la realidad y de un estado de desorden de ideas, en esos días se encontraban fácilmente este tipo de entradas, últimamente es difícil para mi dar con este tipo de blogs. no se si por la censura que se pueda estar haciendo en la red o porque las personas con estas alteraciones, ya no acuden a este medio para publicar estas situaciones, las entradas que leí en esos días ya no se pueden encontrar en linea, porque fueron eliminadas y sus autores no siguieron escribiendo y/o mutaron o cambiaron sus blogs, a pesar que siempre se publicaba con perfiles anónimos.

También encontré otro tipo de blogs donde se hablaba de las experiencias traumáticas pero no desde un punto de vista tan fuerte, ni tan crudo, este tipo de blogs ha ido evolucionando poco a poco y muchos de estos blogs todavía están vigentes, se actualizan y algunos están en los enlaces de este blog.

Pude identificarme con los blogueros que escribían los mas crudos relatos, los cuales narraban historias similares o de un estilo a lo que pude haber sufrido en mi mas fuerte crisis, como también de los blogueros que hablaban de sus experiencias de un punto de vista mas suave, los cuales se clasificaban todos como bipolares, por lo tanto decidí que yo también encajaba en esta definición, me etiqueté entonces como bipolar y comencé también con mi propio blog.

Pasó un cierto tiempo de estar en este mundo de las redes y de compartir mi experiencia por este medio, antes de decidir acudir nuevamente donde un psiquiatra, porque para mi forma de ver las cosas guardaba la esperanza de que era posible que pudiera seguir mi vida sin tener que tomar tanta medicina, dentro de lo que había concluido para mi caso y que pude encontrar también en la Internet era que regular el sueño es uno de los factores mas importantes, Las veces que había tenido crisis de manía (en mi caso no he tenido una crisis depresiva si no he tenido antes una crisis de manía) empiezo con un insomnio que va aumentando paulatinamente al igual que aumentan el sentimiento de manía y que si se para el insomnio los síntomas de manía retroceden. Para tratar de controlar mis desbalances ensaye  algunos compuestos naturales pero no lograba sentirme estable ni bien por mucho tiempo, también acudía a un somnífero que me ayuda a dormir, quizá es el único medicamento que he soportado, porque una vez que superaba el insomnio lo dejaba y volvía a dormir normalmente.

Pero los fuertes desbalances que venía sintiendo, me estaban ya causando muchos problemas personales, por lo que decidí de nuevo volver a consulta, esta vez acudí estando en un periodo de eutimia, pero después de haber sufrido desbalances que me habían hecho sentir realmente mal, cuando le narre mis síntomas al médico, de una vez me clasificó como paciente que sufre de trastorno bipolar y como siempre se me dijo que debía tomar medicinas de forma constante para estar mejor, de nuevo volví a estar medicado y convencido que esta era la alternativa a tomar, comencé esta vez con unas medicinas que no me hacían sentir tan mal, como las que tomé en las dos oportunidades anteriores, por lo que acepté la situación y estuve muy juicioso durante varios años, además que no se si por el efecto de estas medicinas o por la evolución normal de mi enfermedad, que vine a sentir que sufría de menos desbalances, que estos eran mas suaves o que si trataba de desbalancearme volvía fácilmente a un estado equilibrado.

Después de pasar unos 6 meses tomando la medicación llegué a una situación donde aunque no me consideraba curado del todo, si me sentía bastante tranquilo, en ese momento pensaba que era una lástima que para encontrar un tratamiento que me aliviara sin causarme mayores efectos secundarios pasara tanto tiempo, que había sufrido mucho sin necesidad, por causa de los tratamientos anteriores o por estar sin tratamiento, pues mi vida aunque no ha sido mala del todo, si se vio muy afectada por los desbalances que que sufro.

Tome juiciosamente durante unos 3 o 4 años mi medicación, la cual era solo de control, además consistía en un solo compuesto, que era un genérico cuyo costo se puede decir que era casi cero, (según mis cálculos el costo mensual de mi prescripción según el precio en la calle del medicamento era de unos 10 dolares mensuales, considero que para mi sistema de salud debía ser mucho  menos).

Hace aproximadamente un año tuve una crisis de salud inquietante, la cual pienso, pero no puedo asegurar del todo, se debió a un efecto secundario dañino de la droga psiquiátrica que venía tomando, no fue una situación clara, pero al parecer tuve una inflamación del hígado y problemas en los riñones, que me tuvieron una semana enfermo sin poder comer casi nada, con unos dolores abdominales fuertes que me duraron algo mas de una semana de lo cual me mejore mas bien espontáneamente, después de perder de unos 10 a 15 kilos de peso, a raíz de esta situación suspendí por unos días el medicamento de control para mi trastorno mental, luego lo tome por algunos días de forma intermitente y a menor dosis, hasta que decidí suspenderlo.

Es de anotar que los desbalances mas fuertes ya habían cedido, bien gracias a los medicamentos o a la evolución de mi problema, aunque la dolencia sufrida fue el punto de partida para suspender el medicamento de control diario, también estaba el hecho que he sido renuente a tomar tanta pastilla a toda hora y puede haber sido mas bien una disculpa, adicional a esto empecé a encontrar nueva información para mi, aunque no es nueva en la red que criticaba fuertemente la medicación psiquiátrica, pero sin llegar a los extremos que encontré desde un principio en las cuales se critica fuertemente la psiquiatría, niega toda utilidad, pero da como alternativa una opción espiritual promovida por grupos religiosos y seudocientíficos muchos de ellos afines a la cienciología, aunque las denuncias que hacen son claras y considero pueden ser reales la alternativa que proponen para mi forma de ver las cosas seria pasar de un del engaño de unos medicamentos que no son tan eficientes, al engaño basado en idealizaciones abstractas de la realidad material, lo cual para mi mi no es solución del problema pues soy materialista y no creo en el mas allá, solo creo en el aquí en el ahora.

Encontré entonces información acorde con mi forma de apreciar las cosas, de psiquiatras con experiencia en el tratamiento de pacientes de una forma mas humana y no apegados a criterios mercantilistas, que plantean que la psiquiatría esta en pañales, que se tienen muy pocas herramientas útiles para tratar los problemas mentales, sobre todo para los mas graves como en el caso de la esquizofrenia, plantea que muchos de los problemas mentales pueden deberse a problemas de la vida diaria que han sido aumentados y catalogados como enfermedades que no existen en concreto, a pesar de que se afirma tener un conocimiento científico desde el punto de vista fisiológico sobre el funcionamiento de los medicamentos psiquiátricos, esta situación es falsa y lo que se ha hecho es crear una realidad basada en mentiras que se repiten muchas veces y por muchas personas que se propagan de forma constante en los medios modernos de información entre los cuales ya se tiene la internet además de los medios impresos, la radio, el cine y la televisión.

No hace mucho tiempo encontré un artículo del periodista Robert Whitaker, quien es un crítico de como viene siendo utilizada la psiquiatría en los Estados Unidos, con fines poco loables, donde plantea que la estructura de esta rama de la medicina ha sido controlada en los últimos 35 años por la APA (Asociación de Psiquiatras de los Estados Unidos) que junto con las principales multinacionales producturas de medicamentos han creado una "economía de influencia", que consiste en crear "incentivos", para los comportamientos de los miembros de la institución, que pueden ir en contra de principios morales, pero que sirven a fines económicos (que aunque no son éticos, se consideran legales); esta situación se vislumbra principalmente en dos aspectos: El primero es el pago indirecto a los psiquiatras y a su gremio (APA) por parte de las multinacionales de medicamentos para que trabajen por sus fines, entonces se patrocina a los psiquiatras para que dicten conferencias en seminarios y son contratados para que sean asesores y consultores de las empresas, a cambio de recetar y promocionar los medicamentos que fabrican las empresas; la segunda es que se obtuvo la autoridad ante la sociedad por parte de una asociación (la APA), para toda una rama de la medicina, la cual le permitió volverse en la autoridad ante la sociedad en tres dominios: el diagnóstico de los trastornos psiquiátricos, la investigación sobre sus causas biológicas y los tratamientos farmacológicos. Por lo tanto, desde una perspectiva de alianza, tenía una necesidad de informar al público de que sus diagnósticos eran válidos, que su investigación estaba produciendo una comprensión de la biología de los trastornos psiquiátricos, y que sus medicamentos eran tratamientos seguros y altamente eficaces para este tipo de problemas. Por otra parte, a diferencia de muchas especialidades médicas, la psiquiatría tiene que competir por los pacientes con otros actores del mercado (guías espirituales, psicólogos, trabajadores sociales, etc.), y por lo tanto se podría decir que tiene una necesidad particularmente pronunciada de proteger los intereses de gremio que le permitan prosperar en este mercado.

Por lo tanto gran parte de la psiquiatría en los Estados Unidos ha funcionado estos últimos años dentro de un sistema de corrupción institucional que privilegia los intereses de las empresas farmacéuticas o los  intereses gremiales de los psiquiatras, por encima del bienestar de los pacientes. La presentación de este comportamiento de manera histórica se extiende por mas de tres décadas y se manifiesta en diversas actividades de la psiquiatría y también se hace muy claro que este comportamiento corrupto, dentro de la institución, se convirtió en la norma.

A pesar que vivo en un país distinto a los Estados Unidos, esta situación afecta tambien a lo que pasa en mi entorno, pues como potencia mundial la influencia que ejerce en los diferentes aspectos de la sociedad afecta a muchos paises y en lo que respecta a medicamentos, lidera la producción y el comercio de estos a nivel global.

En este momento estoy en un dilema, siento que mi situación es buena, que he podido sobrevivir a un entorno negativo a pesar que sufro de un trastorno mental que se que sufro y que para mi es real, pero he sido engañado por la psiquiatría moderna de corte mercantilista, he encontrado que de pronto los medicamentos pueden ayudar a tratar ciertos trastornos, pero que no existe un buen desarrollo científico al respecto y no se esta avanzando, pues los esfuerzos se están canalizando sobre falsas situaciones, porque lo que se quiere es ganar dinero, mantener una industria que se basa crear y curar falsas enfermedades, donde los realmente enfermos no importan, pues constituyen una minoría dentro del nicho de mercado actual por lo que no representan posibilidades de negocios lucrativos.

Dentro de las conclusiones que he podido sacar entre lo que he sentido y lo que he encontrado en muchos de los planteamientos de psiquiatras que pienso son de corte humano, es que para problemas mentales como los que me afectan existe una forma de atacarlos que puede ser un manejo farmacológico para los estados extremos y cuya utilidad no esta demostrada para prevenir nuevas crisis, las cuales lo mas probable es que se sigan presentando se tome o no medicamentos, que para el manejo del día a día de estos trastornos lo mas probable es que sea mas dañino tomar medicamentos, que puede ayudar mas tener un buen entorno y unas condiciones sociales y familiares positivas, que los trastornos seguirán su curso pudiendo empeorar o mejorar, pero en este momento no se tiene un protocolo médico comprobado, para controlar realmente la situación, aunque se afirme por muchos lo contrario.

Pienso que el hecho de que no este perdido para este mundo, no se debe a los medicamentos que he tomado, que de pronto me han dado alivio en situaciones extremas, sino a que he podido contar con personas que me acompañan y que han sido mi apoyo, que han podido seguir conmigo a pesar que he actuado de forma anormal y que les he afectado, también que afortunadamente el curso de mi trastorno no ha sido  tan grave que no me han llevado a convertirme en una persona con unas capacidades mentales fuertemente disminuidas, por lo que puedo comportarme y estar en esta sociedad como una persona que se considera normal o promedio.