lunes, 25 de agosto de 2025

Quienes amamos y sentimos con locura somos anormales, pero no estamos enfermos

Voy a definir la cuestión.

Ser anormal es estar fuera de la norma, según la estadística. La distribución normal representa la forma en que se distribuyen en la naturaleza los diversos valores de las variables continuas, como la estatura o el peso. Comúnmente, *normal* es lo que se considera que está bien, lo que cumple con ciertos criterios. Una persona normal es la que se comporta de acuerdo con las normas, y estas se definen con base en el comportamiento de la mayoría. Entonces, si la mayoría actúa de determinada forma, esta es la forma normal.

Miremos un ejemplo en particular: hablemos de una persona que escribe con la mano derecha. Se puede decir que es una persona normal, pues, como la mayoría en esta sociedad escribe con la mano derecha, esto se considera la norma. Entonces, ¿qué es la persona que escribe con la izquierda? La respuesta es que es una persona anormal, pues no cumple con lo que hace la mayoría. En la actualidad, los zurdos, a pesar de no ser normales, no son considerados malos, ni raros, ni personas que sufran una enfermedad. Aunque, en mi caso particular, una profesora sí consideraba que ser zurdo era, además de anormal, algo malo. Lo consideraba erróneo y, además, "cosa del demonio". Por eso, en su clase nadie podía escribir con la izquierda, y ella decía que iba a "curar" a los "enfermos" que escribían con esa mano. Yo ya estaba a punto de "curarme" de esta "enfermedad" cuando mis padres se dieron cuenta de la actitud de la profesora, que inicialmente me amarraba la mano izquierda y luego me la soltaba, pero me daba reglazos cuando escribía con ella. Entonces me tocaba escribir con la derecha; como era muy poco lo que podía hacer, mis notas eran malas. Claro que, si hubiera pasado más tiempo con esa profesora, me habría "curado" de mi "enfermedad" de ser zurdo. Es más, a pesar de ser zurdo, puedo escribir relativamente rápido y de forma torpe con la derecha, pero se entiende lo que escribo.

Muchas veces, las normas se convierten en leyes. Y como las leyes no se pueden violar, quien lo hace se convierte en un delincuente. Existen sociedades que consideran delincuentes a las personas —llamémoslas, por definición políticamente correcta, "no heterosexuales"— porque son anormales y, además, la norma de ser heterosexual es ley. Esto pasa porque la mayoría de las personas son heterosexuales y, por lo tanto, son las normales, lo que convierte a los homosexuales en delincuentes.

En otras sociedades, ser normal puede ser equivalente a ser saludable, y ser anormal se considera ser una persona enferma. Entonces, en este tipo de sociedades, los "no heterosexuales" no serán considerados delincuentes, pero sí enfermos.

Igual podría decirse de las personas en cuanto a su forma de sentir: si uno siente como lo hace la mayoría, entonces es una persona normal; pero si siente como pocos, es un anormal y puede ser también considerado enfermo. Afortunadamente, no se nos considera delincuentes, pues la forma normal de sentir todavía no se ha convertido en ley

sábado, 23 de agosto de 2025

Una pagina de mi diario bipolar: Estable de nuevo



**Estable de nuevo, o eso creo**

Doy por terminada esta serie de escritos personales sobre lo que siento en esta etapa de mi vida y sobre cómo he manejado los altibajos emocionales de estos últimos días.

Siento que ya no estoy deprimido como antes, pero tampoco reboso de alegría; por lo tanto, puedo decir que tampoco he caído en la manía. He logrado dormir bien a pesar de no tomar somníferos y me levanto sin esa molesta pesadez que me provocaban.

A mi alrededor, aunque no todo es color de rosa, vivo la vida a mi manera y creo que soy objetivo con mis sentimientos en este momento. Me encuentro inmerso en la cotidianidad de mi relación familiar, lo que genera una sensación de tranquilidad, aun con la carga de las obligaciones diarias. Hasta ahora, estas me gustan y he podido cumplirlas.

Tengo ocupaciones que me llenan el tiempo; laboralmente estoy copado y, además, recibo una buena remuneración económica sin que esta sea exagerada. Es mucho menor a la que recibía cuando tenía un trabajo formal a tiempo completo, pero la situación de mi entorno es complicada y esta es la opción disponible.

Esta situación que he relatado en las últimas entradas es muy común en mí y se repite constantemente: a veces de manera muy sutil y otras con mucha fuerza. Últimamente, he sentido estos desbalances más amortiguados.

A pesar de haber sido afectado por el trastorno bipolar, mi forma de ser o sentir no ha cambiado mucho. Tengo una personalidad muy propia, y lo que hace mi condición es distorsionar la manera en que expreso o siento emociones como la alegría o la tristeza cuando estoy desbalanceado. El resto del tiempo, soy como cualquier persona sin el trastorno: siento las emociones y las expreso como corresponde.